Alemania redujo las licencias de exportación de su industria armamentística, por tercer año consecutivo y a raíz de las restricciones impuestas a los suministros hacia Arabia Saudí y países en conflicto.
Según datos del Gobierno alemán, en respuesta a una demanda del diputado verde Omid Nouripur, en el primer trimestre del año se autorizaron exportaciones de armas por un volumen de 1.120 millones de euros, lo que supone unos 100 millones menos a escala interanual.
Con ello se condolida la tendencia a la baja de tres últimos años, apunta el semanario «Der Spiegel«, que recuerda la política restrictiva que aplica el Ejecutivo, especialmente a países no integrados en la OTAN ni en la Unión Europea (UE).
El citado semanario recuerda, asimismo, las nuevas líneas maestras en materia de exportaciones de armas aprobada en el último pacto de coalición suscrito en marzo de 2018 entre el bloque conservador de la canciller Angela Merkel y sus socios socialdemócratas.
En ese nuevo pacto de Gobierno, que reeditaba el de la anterior legislatura, se incluyó un freno a las licencias para exportación de armas para los países implicados en la guerra del Yemen. Asimismo se prohibieron los suministros de armas a Arabia Saudí a raíz de la muerte en la embajada de su país en Estambul del periodista crítico Jamal Khashoggi, una prohibición que mientras tanto se ha flexibilizado.
A escala anual, las licencias de exportaciones de armas descendieron en 2018 en casi un 25%, al situarse en un volumen de 4.820 millones de euros. La última vez en que se registró un aumento fue en 2015, recuerda ese medio, en que el volumen total de exportaciones de situó en los 7.860 millones de euros.
El principal país receptor de armamento alemán es Estados Unidos, seguido del Reino Unido, Australia y Marruecos.
Diferencias al respecto dentro de la gran coalición
Estas informaciones se producen en medio de la discusión interna en el seno de la gran coalición de Merkel sobre las restricciones en ese ámbito. El Partido Socialdemócrata insiste en mantener las restricciones -y ha incluido ese punto en su campaña para los comicios europeos-, mientras que el bloque conservador considera que deben «replantearse«.
El sector exportador alemán en su conjunto, motor tradicional de la economía alemana, experimentó en 2018 una ralentización respecto al ritmo de los años anteriores.
El Gobierno alemán ha corregido a la baja sus previsiones de crecimiento para 2019, del 1% que se pronosticaba a principios de año al 0,5%, según los cálculos difundidos hace una semana, evolución que atribuye a conflictos comerciales internacionales y al «brexit» o salida del Reino Unido de la UE.