París era escenario este sábado por la tarde (20.04.2019) de las primeras escaramuzas entre fuerzas de seguridad y manifestantes de los «chalecos amarillos», en el 23 sábado consecutivo de protestas desde que surgió el movimiento contra el gobierno de Emmanuel Macron a mediados de noviembre, reporta un cable de AFP.
La policía cargó en varias ocasiones contra los manifestantes con granadas de dispersión y gases lacrimógenos en un gran bulevar del centro de la capital, entre las plazas de la Bastilla y de la República.
A media jornada, la policía había detenido a 126 personas y realizado más de 11.000 controles preventivos, según la prefectura.
Los diarios franceses citaron una nota del prefecto de policía de París, Didier Lallement, en la que hablaba de la posibilidad de que «un bloque radical de 1.500 a 2.000 personas, integrado por ‘ultra-amarillos'» sembrara el caos en París.
Los «vándalos se dieron de nuevo cita en algunas ciudades de Francia, en Toulouse, en Montpellier, en Burdeos y en particular en París», dijo el viernes el ministro francés de Interior, Christophe Castaner, al anunciar la movilización de 60.000 policías y gendarmes.
Protestas pierden fuerza, según la Policía
Sin embargo, un oficial policial rebajó los pronósticos y dijo que esta jornada, presentada por «los chalecos amarillos» como el segundo «ultimátum», será «un poco menos fuerte» que el primero.
«No sentimos una efervescencia como la que sentimos el 16 de marzo, especialmente entre la ultraizquierda», agregó, y estimó que reservarán «fuerzas para el 1 de mayo», el Día Internacional de los Trabajadores.
El 16 de marzo, militantes radicales «black blocs» y «chalecos amarillos» -que exigen una mejora de las condiciones de vida y democracia directa- se unieron en una jornada particularmente conflictiva y violenta en que numerosos comercios de los Campos Elíseos fueron saqueados, lo que le costó el puesto al jefe de policía de París.