Aunque a los mayores, entre 6 y 16 años, no se les puede impedir esto, sus padres tendrán que pagar multas de 500€. Esta prohibición surge en medio de un brote de sarampión en el país. Entre las 10 vacunas obligatorias para poder ir al colegio se encuentran las de la poliomielitis, rubeola, varicela, paperas, y por supuesto, sarampión. Esta ley Lorenzin, que ha recibido el nombre del ex-ministro de Sanidad que la presentó, entró en vigor el pasado martes.
El gobierno italiano, el partido M5S de extrema derecha denunció los esfuerzos originales para hacer las vacunas obligatorias, ya que cuestionaban la seguridad de algunas de ellas. Incluso amenazaron con tumbar las leyes sobre vacunas obligatorias que el gobierno anterior había autorizado en 2017, pero decidieron no seguir con el plan.
Este cambio de idea del gobierno viene de las críticas que recibieron tras el brote de sarampión en el país el verano pasado. En enero de 2019, según el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades, llegaron a haber 165 casos, uno de los números más altos de Europa.
Desde que entró en vigor la 1ª ley, los datos sugieren que ha servido para lo que se pretendía, ya que el 94% de los niños ha recibido al menos una dosis de la vacuna del sarampión en Junio de 2018. Antes de la ley, el nº de niños vacunados en Italia había bajado por debajo del 80%, cuando lo que recomienda la OMS es un 95%.
Ese 95% es el umbral en el que se consigue la “inmunidad de grupo”, cuando hay suficiente población vacunada para que sea muy improbable que la enfermedad se extienda y protege a aquellos demasiado jóvenes o inmunodeprimidos que no pueden ser vacunados.
La ministra de sanidad Giulia Grillo dijo al periódico La Repubblica: “Todo el mundo ha tenido tiempo para ponerse al día,” y el gobierno ha demostrado que no bromea. Hasta ahora, según la BBC, las autoridades locales de Bologna han enviado unas 300 cartas de suspensión a los padres, y un total de 5000 niños aún no tienen sus documentos de vacunación actualizados.
El movimiento antivacunas se ha expandido por todo el mundo, causando epidemias de sarampión, cosa que ha alarmado a la OMS. La desinformación y los artículos desacreditados han contribuido a este erróneo miedo hacia las vacunas. Uno de estos estudios vino de Andrew Wakefield, que afirmó falsamente que había una conexión entre la vacuna triple vírica y el autismo y las enfermedades intestinales en niños.
Un estudio sobre las vacunas obligatorias informó de que 9 países tienen leyes obligatorias para vacunar contra las paperas, el sarampión y la rubeola: Bulgaria, Croacia, Chequia, Francia, Hungría, Italia, Letonia, Polonia y Eslovaquia. Y mientras los 31 países europeos recomiendan o introducen medidas obligatorias para las 10 vacunas (excepto Islandia, que no recomienda la de Hepatitis B), Letonia es el único otro país junto con ahora Italia que requiere las 10 vacunas obligatorias en la infancia.