La cápsula Crew Dragon de SpaceX volvió este viernes a la Tierra tras seis días en el espacio, cumpliendo así su misión de demostración para la NASA y abriendo el camino a un regreso de los vuelos tripulados desde Estados Unidos, por primera vez desde 2011, señala un cable de AFP.
El vehículo espacial, que sólo tenía un maniquí a bordo, amerizó en el océano Atlántico, a 370 km de las costas de Florida. Los astronautas de las misiones Apolo regresaban de la misma forma a la Tierra, antes de ser recogidos por barcos, y así es cómo lo harán los futuros tripulantes que viajen en Crew Dragon.
A la espera del análisis de los datos de vuelo, todo parece indicar que SpaceX, fundada en 2002 por Elon Musk, superó su examen: demostrar que el primer vehículo espacial estadounidense habitable desde el final del programa de transbordadores (1981-2011) es fiable y seguro para los astronautas.
El administrador de la NASA, Jim Bridenstine, celebró inmediatamente «una nueva gran etapa de una nueva era de los vuelos espaciales tripulados», mientras llegaban los primeros mensajes de felicitación, entre ellos uno de la Agencia Espacial Europea.
El jefe de la agencia espacial rusa, Roskosmos, envió sus felicitaciones a través de Twitter a sus «queridos colegas Jim Bridenstine y Elon Musk».
El expresidente Barack Obama recordó que fue su gobierno el que realmente lanzó la privatización del transporte de astronautas. «Hemos invertido en el programa de transporte privado para fortalecer el programa espacial estadounidense a largo plazo. Es genial ver que esto se concreta», escribió.
El triunfo de SpaceX y Boeing
La cápsula había sido lanzada el sábado por un cohete Falcon de SpaceX desde el centro espacial Kennedy, en Florida. El domingo se había acoplado automáticamente a la Estación Espacial Internacional (ISS), convirtiéndose en el primer vehículo tripulable privado en hacerlo.
A primera hora de este viernes, el vehículo encendió sus propulsores cuando la ISS pasaba sobre Sudán, a 410 km de altitud, se separó de la estación y comenzó la fase más complicada de la misión: la que lo llevó a frenar e iniciar el reingreso en la atmósfera, que hace subir la temperatura hasta niveles infernales.
El escudo térmico aguantó, aunque en la cubierta del barco que la recuperó, la Dragon parecía un «malvavisco a las brasas», según la ingeniera de SpaceX que comentó la llegada, Kate Tice.