Dicho plan se basaría en lo económico en la absorción por la Alianza del Pacífico de las actuales estructuras económicas supranacionales (ALBA y MERCOSUR) y en lo político, en sustituir a los regímenes insensibles a los dictados de Washington (Venezuela, Nicaragua y Bolivia) por regímenes autocráticos.
¿Hacia un régimen autocrático en Brasil?
La autocracia, del griego autos (por sí mismo) y kratos (poder o gobierno), sería la forma de Gobierno ejercida por una sola persona con un poder absoluto e ilimitado, especie de parásito endógeno de otros sistemas de gobierno (incluida la llamada democracia formal), que partiendo de la crisálida de una propuesta partidista elegida mediante elecciones libres llegado al poder se metamorfosea en líder Presidencialista con claros tintes autocráticos (inflexible, centralista y autoritario), lo que corrobora la tesis de Lord Acton “El Poder tiende a corromper y el Poder absoluto, corrompe absolutamente”. Los sistemas autocráticos (gobiernos de facto), serían pues una especie de dictaduras invisibles sustentados en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de masas) y represión social (promulgación de Decretos-Leyes que rozarían la constitucionalidad pero que quedarán revestidos por el barniz democratizador del Tribunal Constitucional de turno, síntomas evidentes de una deriva totalitaria a la que está abocado Brasil tras la llegada al Poder de Bolsonaro.
¿Ingresará Brasil en la Alianza del Pacífico?
Dilma Rousseff exigió a Estados Unidos explicaciones convincentes de las razones de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para presuntamente violar las redes de computadoras de la petrolera estatal Petrobras con lo que se granjeó la enemistad de EEUU que procedió a la implementación del «caos constructivo» en Brasil para desestabilizar su mandato presidencial (impeachement). Tras el khaos surgido en una sociedad brasileña corroída por la corrupción y que afectaría al actual Presidente Temer, el ultraderechista Jair Bolsonaro formará un Gobierno tutelado por las Fuerzas Armadas), no siendo descartable la salida de Brasil del MERCOSUR y empezar a gravitar en los anillos orbitales de la estructura económica y comercial diseñada por EE.UU. (Alianza del Pacífico), quedando de paso China condenada al ostracismo comercial.
La Alianza del Pacífico nació en el 2011 teniendo a México, Perú, Chile y Colombia como Estados fundadores, EEUU y China como observadores y Australia y Canadá como futuros Estados asociados y en la actualidad representa el 38 % del PIB de América Latina y el 57% de su comercio exterior con un mercado potencial de cerca de 220 millones de personas. La celebración en Puerto Vallarta (México) de la XIII Cumbre de las Alianza del Pacífico representará la siguiente fase de su objetivo fagocitador al sentar las bases de la absorción de los países que integran el Mercosur.
Así, tras su fachada neoliberal se escondería un refinado proyecto de ingeniería geopolítica diseñado por EEUU para dinamitar el proyecto político-integracionista representado por la UNASUR e intensificar la política de aislamiento de los Gobiernos progresista-populista de la región, (en especial de Venezuela tras quedar huérfana del alma mater de la Revolución Bolivariana (Chávez). Asimismo, otro objetivo sería finiquitar el proyecto integrador económico del MERCOSUR, proceso de integración económico creado en en 1991 tras la firma del Tratado de Asunción entre Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay al que posteriormente se habría incorporado Venezuela como Estado parte, quedando Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador,Chile, Surinam y Guyana, como “Estados asociados”. Dicha estrategia fagocitadora tendría como objetivos a medio plazo aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e incorporar por último al Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), por lo que la entrada de Brasil en dicha Alianza tras el triunfo de Bolsonaro sería el hito definitivo para completar la absorción del MERCOSUR.
¿Entrará Brasil en la OTAN?
Brasil juega un rol fundamental en el nuevo tablero geopolítico diseñado por EEUU para América Latina ya que le considera como un potencial aliado en la escena global al que podría apoyar para su ingreso en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente con el consiguiente aumento del peso específico de Brasil en la Geopolítica Mundial tras la asunción por Brasil del papel de “gendarme de los neocon” en Sudamérica. Así, con Bolsonaro podríamos asistir a la entrada de Brasil en la OTAN como “socio global” como ya hiciera en su día Colombia, con lo que se estaría tejiendo la telaraña que intentará la invasión de la Venezuela de Maduro en el horizonte del 2.020. Así, EE.UU. estaría aplicando en Venezuela la teoría kentiana del “palo y la zanahoria “ expuesta por Sherman Kent en su libro “Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana” (1949). En dicho libro, Kent afirma que “ la guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: […] armas […] políticas y económicas”.
Por otra parte, la Cuarta Rama del Gobierno de EEUU, verdadero Poder en la sombra que toma las decisiones en política exterior y de la que forma parte la petrolera Exxon, declaró a la revolución chavista “enemiga peligrosa de EE.UU”. Así, tras una sistemática e intensa campaña desestabilizadora que incluyeron la drástica reducción de sus compras de crudo a Venezuela con el objetivo inequívoco de lograr la asfixia económica del Gobierno de Maduro aunado con un desplome de la producción de crudo venezolano estimado en 600.000 barriles para el 2018, la salvaje especulación para incrementar los precios, el desabastecimiento selectivo de artículos de primera necesidad y la amplificación en los medios de la creciente inseguridad ciudadana, el proceso de “acoso y derribo de Maduro” se completará con la petición al Ejército para que se erija en “salvador de la Patria” siguiendo el plan diseñado por la CIA.
Así, con Bolsonaro podríamos asistir a la entrada de Brasil en la OTAN como “socio global” como ya hiciera en su día Colombia, con lo que se estaría tejiendo la telaraña que intentará envolver al régimen de Maduro y de lo que sería paradigma la apertura conjunta con EEUU, Perú y Colombia de una base militar en pleno corazón del Amazonas, proyecto conocido con el nombre de Amazonlog 17 y que contando con la inestimable ayuda logística de Colombia (convertida en el portaaviones continental de EEUU) y de Brasil (devenido en el nuevo Gendarme neocon de Sudámerica), podría intentar finiquitar el legado chavista en el 2.020.La excusa legal será la ínvocación de la Carta Democrática Interamericana que declara “que los pueblos de América Latina tienen derecho a la democracia y sus gobiernos tienen la obligación de promoverla y defenderla”, lo que permitirá a EEUU intervenir en cualquier país del llamado “patio trasero” cuando estime que “son negados los derechos universales o cuando la independencia de la justicia o la prensa esté amenazada” y contará con la inestimable ayuda logística de Colombia y Brasil, convertidas en los portaaviones continentales de EEUU para lograr que Venezuela vuelva a la senda de las “democracias tuteladas por EEUU”.
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista