En medio de los cuestionamientos al segundo gobierno de Nicolás Mauro en Venezuela, este miércoles Rusia entregó un fuerte respaldo al Mandatario respalda a Maduro y condena la injerencia en los asuntos de Venezuela y acusó a EEUU de dar alas a la «parte intransigente» de la oposición venezolana.
«Nuestra postura consiste en que es necesario evitar todo tipo de injerencia en los asuntos internos de los estados soberanos», dijo sobre la situación en Venezuela el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en su tradicional rueda de prensa anual.
Subrayó que Rusia apoya los esfuerzos para establecer un diálogo entre la oposición y el Gobierno de Venezuela, que no llega a concretarse debido a que la «parte intransigente de la oposición es influenciada desde el exterior, ante todo desde EE. UU.». Y agregó que «es esa influencia la que ha convertido a esa parte de la oposición en intransigente», lo cual a su juicio es «profundamente lamentable».
Lavrov calificó de «muy alarmantes» las declaraciones que se formulan sobre una posible intervención militar en Venezuela o de que ahora Estados Unidos podría reconocer como presidente de Venezuela no a Maduro, sino al presidente de la Asamblea Nacional venezolana, el opositor Juan Guaidó.
«Todo esto es muy alarmante y muestra que en EE. UU. la política de derribar gobiernos indeseados se mantiene como una de sus prioridades de acción», dijo el jefe de la diplomacia rusa.
Washington: La Asamblea Nacional es la «única entidad democrática legítima»
El martes, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, instó a Guaidó a «construir unidad entre los grupos políticos» y prometió que le apoyará hasta que se «restablezca la democracia» en el país caribeño.
En un comunicado, la Casa Blanca informó de que Pence conversó por teléfono con Guaidó y reconoció el «valiente liderazgo» que ha mostrado el opositor tras la detención de la que fue objeto por varios minutos este domingo.
Pence reiteró el «firme apoyo» de Washington a la Asamblea Nacional «como la única entidad democrática legítima» en Venezuela y, según la Casa Blanca, «animó al señor Guaidó a construir unidad entre los grupos políticos y prometió el apoyo continuo de EE. UU. hasta que se restablezca la democracia» en el país.