El pasado 8 de enero En el Canal Beagle, Piñera y Comandantes en Jefe de las FFAA rinden homenaje a “Veteranos del ’78”, dicho homenaje oficial que incluyóo condecoraciones y poca cobertura de prensa, tuvo una serie de fallas que pasaron indavertida dado la urgencia política de ese día marcada por la crisis que se destaba en Santiago por el caso Catrillanca y sus derivadas que golpeaban al ministro Andrés Chadwick.

Pero pasando los días, comenzaron los reclamos de quienes también participaron en el silencioso despliegue en la zona que intentaba invadir Argentina en su afán expansionista en la región Austral. Los primeros en raclamar por ser relegados en los oficiales homenajes fueron los Carabineros que son la primera línea de custodia en la compleja frontera.

Este sábado se suma a esta legítima molestia con el gobierno de turno, los civiles que también aportaron al despliegue para evitar la invasión argentina, así lo señala la carta «Otros olvidados del Beagle», escrita por el reconocido urólogo Luis Fernando Coz Cañas, que En 1978, como Oficial de Sanidad del Regimiento Cazadores le tocó participar en las operaciones del conflicto del Beagle.

«Así como en reciente ceremonia, las actuales autoridades omitieron recordar el rol protagónico de nuestros carabineros en el conflicto del Beagle, también omitieron recordar y honrar a los Huasos Bueras. Así se denominó a los civiles de las zonas fronterizas que, sin vacilar, se pusieron a disposición de las FF.AA. y Carabineros contribuyendo con sus medios materiales, sus camiones, sus caballos y especialmente con su conocimiento del terreno a reforzar el despliegue de los soldados en la frontera. Cómo no recordar a esos valientes hombres de esta tierra que, sin ser uniformados, se sumaron anónima y generosamente a la defensa de nuestra soberanía», explica Coz.

Efectivamente, estos reclamos, evidencia el error y la falta de rigurosidad de parte de las autoridades (Presidencia y Defensa) que más pareciera haber preparado estos homenajes al trote del caballo y evidencian el total desprecio que la administración Piñera tiene por las FFAA, cuestión que ya había demostrado en su primer gobierno. Tampoco se trata de que e Gobierno haga un altar a los uniformados, sino que colocar en su justo mérito lo ocurrido en 1978, cosa que sí hizo Argentina.