viernes, diciembre 27, 2024

París sitiada por «Chalecos Amarillos»: Más de 1.400 detenidos tras cuarta jornada de protesta

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Este sábado Francia y particularmente París, vivió su cuarta jornada de protesta de los llamados «chalecos amarillos» y protagonizaron enfrentamientos con la policía en París y otras ciudades, aunque fueron de menor alcance que hace una semana gracias a un despliegue policial reforzado y a casi 1.400 detenciones.

En París entraron en acción por primera vez en la historia de la ciudad los vehículos blindados de la gendarmería para apagar barricadas, en la cuarta jornada de manifestaciones de los «chalecos amarillos», llamados así por las prendas fluorescentes que visten.

Recordemos que esta ola de manifestaciones comenzó el 17 de noviembre en oposición a un aumento de los impuestos a los combustibles. El presidente Emmanuel Macron cedió anulando la medida, que formaba parte de un plan para combatir el cambio climático, y congeló los precios del gas y la electricidad durante los próximos meses.

No bastó para aplacar la ira de los chalecos amarillos, un movimiento heterogéneo y sin líder, que ahora reclaman al gobierno que baje los impuestos y suba el salario mínimo y las jubilaciones, reseña Le Figaro.

Este sábado por la noche, el primer ministro, Edouard Philippe, intentó rebajar la tensión y prometió que el presidente Macron «hablará y propondrá medidas para nutrir el diálogo». «Hay que tejer de nuevo la unidad nacional», añadió en una breve declaración retransmitida por televisión.

Muchos de los «chalecos amarillos» se manifiestan sin violencia. Los más radicalizados y sobre todo miembros de grupos de extrema derecha y extrema izquierda irrumpen en las protestas y se enfrentan a la policía.

En la zona de los Campos Elíseos, los manifestantes intentaron prender fuego a la fachada de un centro comercial de lujo, quemaron coches y lanzaron proyectiles a las fuerzas de seguridad. En algunos lugares se elevaban humaredas negras.

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, deploró las «escenas de caos» y los «daños inconmensurables» en esta nueva jornada de protestas. «¡Es inimaginable que revivamos esto!», clamó en un tuit.

Un vehículo blindado de la gendarmería francesa apaga una barricada en París durante las protestas de este sábado 8 de diciembre. (AFP / Bertrand GUAY)
AP

Tras esta jornada, los «Chalecos Amarillos» ya están organizando una convocatoria para el 15 de diciembre bajo la consigna: «Ley 5: renuncia de Macron» y que ya cuenta con un piso de 2.000 personas que dicen que desean ir a la protesta y más de 14.000 personas dicen que están interesadas.

En la página de los «chalecos amarillos» se pueden leer sus principales demandas:

• Sin hogar
• Impuesto sobre la renta más progresivo
• Smic a 1300 euros netos
• Más pequeños negocios en aldeas y centros urbanos
• Que las grandes (MacDo, Google, Amazon, Carrefour) pagan grandes y pequeñas (artesanos, pequeñas empresas, pequeñas empresas) pagan pequeñas
• El mismo sistema de seguridad social para todos (incluidos los artesanos y los autoempresarios); Fin del RSI
• El sistema de pensiones debe permanecer en solidaridad y, por lo tanto, socializado (sin punto de retiro)
• No hay pensión por debajo de 1200 euros
• Fin del aumento de los impuestos sobre el combustible

«Chalecos Amarillos» junto a una barricada en llamas en Toulouse, en el sur de Francia, el 8 de diciembre de 2018. (AFP / REMY GABALDA)

Protestas en toda Francia

Aunque la calma prevaleció por la mañana en el resto del país, por la tarde comenzaron los enfrentamientos en algunas ciudades de provincias, reporta AFP.

En Burdeos (suroeste) una marcha de «chalecos amarillos» degeneró al final del recorrido con el lanzamiento de cócteles Molotov por parte de los manifestantes, constató la AFP.

La violencia empañó también las protestas en Lyon (este) Saint-Etienne (centro), Marsella (sureste) y Toulouse (sur).

Varias carreteras y autopistas estaban bloqueadas en todo el país y en la frontera franco-española, los «chalecos amarillos» montaron una barricada selectiva que bloqueaba el paso de los camiones procedentes de España.

Algunos manifestantes lamentaban este sábado los destrozos.

«Que destruyan los bancos, las multinacionales, no me importa, pero los pequeños comercios, es algo totalmente estúpido», consideraba Anthony, un manifestante de 23 años. «Es absurdo», añadió su pareja, enfadada con aquellos que vienen «solo a destruir» y desacreditan al movimiento.

AP
Ch

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