La Conferencia Episcopal realizó este jueves una especie de “mea culpa” por la crisis que atraviesa la Iglesia Católica en el país tras las denuncias de abuso sexual, considerando el 2018 como el año de “expresiones de dolor y vergüenza”.
A través de un comunicado en su página web, la iglesia señala que “fue un año que la Iglesia en Chile difícilmente olvidará. Año de expresiones repetidas de dolor y vergüenza, de inéditas escenas de incautaciones y registro de dependencias eclesiásticas, y de sanciones drásticas a obispos y sacerdotes chilenos dispuestas personalmente por el Papa”.
En otra parte de la declaración, la Conferencia Episcopal se refiere a la visita de monseñor Charles Scicluna para ver el tema del exobispo de Osorno, Juan Barros, indicando que “una sorpresiva convocatoria del Papa a los obispos, pocos meses después de concluir su visita apostólica a Chile y un año después de la visita ad limina, revelaba el impacto de la misión encomendada al arzobispo maltés Charles Scicluna en el mes de febrero”.
“La crisis vivida suscitó un amplio proceso de reflexión y discernimiento en las comunidades, que condujo a los obispos a realizar una asamblea extraordinaria a fines de julio, al término de la cual expresaron su intención de colaborar con las labores investigativas de los tribunales estatales, aumentaron las facultades del Consejo nacional de Prevención y se comprometieron a escuchar a víctimas y a elaborar documentos sobre buen trato para clérigos y agentes pastorales, entre otras decisiones y compromisos”, añade el texto.
En otros puntos afirman que “marcado por esta crisis” se realizó el caminar pastoral de la Iglesia, precisando que en el marco del Congreso Eucarístico “fue acogido en comunidades de todo el país, los jóvenes vivieron un proceso participativo preparando el Sínodo y la próxima Jornada Mundial de la Juventud, y cientos de miles de personas se congregaron en las fiestas religiosas de gran arraigo popular”.
Finalmente, la Iglesia señala que “la situación de los migrantes y la Araucanía han sido temas de gran prioridad para la acción de la Iglesia”, las cuales se han traducido en diversas iniciativas en diálogo con la sociedad civil.