Condenado a más de 150 años por crímenes de lesa humanidad y cumpliendo penas en Punta Peuco, el ex jefe operativo de la Central Nacional de Informaciones (CNI), Álvaro Corbalán Castilla, solicitará el indulto presidencial argumentando para ello complicaciones de salud que son irrecuperables.
De acuerdo a lo que consigna CNN, el mayor (r) del Ejército ingresó a mediodía de ayer miércoles al Hospital Militar, en donde se sometería a una cirugía oftalmológica de urgencia producto de una serie de enfermedades que podrían provocarle una ceguera total.
Dichos antecedentes médicos serán los que acompañarán la petición formal al Presidente Sebastián Piñera, quien deberá decidir si le concede el indulto o lo rechaza. La acción será presentada una vez que sea dado de alta del centro médico en donde se encuentra recluido.
El anuncio del indulto ocurre una semana después que la Comisión de Libertades Condicionales de la Corte de Apelaciones le negara la libertad condicional por no tener conciencia del delito y del daño causado, como tampoco encontrarse rehabilitado para la vida en sociedad.
El tribunal de alzada, en su fallo, señala que “la conciencia del daño y mal causado es insuficiente, pues si bien expresa un relato con varios elementos, como la conciencia del delito, responsabilidad de los hechos y las víctimas, no profundiza en estas últimas, siendo marginadas en su relato y en relación a la disposición al cambio. El significativo arraigo a sus creencias e idealización del rol cumplido a su institución, no le permite evaluar de manera integral y objetiva sus acciones. Desestima problemas de sí mismo respecto a su comportamiento, lo que implica, bajo su entendimiento que no existen necesidades de modificar su actitud frente a los ilícitos por los que cumple condena”.
Hay que recordar que el pasado 11 de septiembre, con motivo de los 45 años del golpe de Estado, Corbalán envió una carta en el que reconoce que la fecha divide al país, pero que para él se celebra una “victoria”.
La misiva indicaba que “la izquierda es lapidaria y mentirosa, y la derecha, insolidaria, cobarde y temerosa, es decir, tuertos con el ojo izquierdo y tuertos con el ojo derecho. La DC ha perdido el equilibrio de su tolerancia de centro”.
En ese sentido, precisaba que quienes están involucrados en crímenes de lesa humanidad, actualmente no son “un peligro para nadie y han tenido que seguir enfrentando juicios que eternizan la venganza y el revanchismo, con la ficción de presuntos 30 mil torturados que sólo buscan prebendas económicas y sustentan sus denuncias en falsedades”.
En esa oportunidad, el ex agente de la CNI y uno de los principales torturadores de la dictadura, menciona estar dispuesto a ser citado a tribunales, pero dejando en claro que no para declarar, puesto que llegó a un punto de “hastío absoluto con la justicia, se me olvidó todo y lo que no… también. Fue lo mismo asumir o dejar establecido las cosas en que no tuve injerencia porque igualmente estaba elegido para ser culpable”.
