Prevenir esta patología cuesta, puesto que muchas veces es asintomática y además hay personas que no tienen acceso a una evaluación por un especialista, debido a su ubicación geográfica. Ante esto, un grupo de profesionales creó un dispositivo que puede cambiar esta realidad y que hoy se convierte en la esperanza para los casi 2 millones de pacientes chilenos.
El Día Mundial de la Diabetes se creó en 1991 como medio para aumentar la concienciación global sobre la diabetes a nivel internacional, una enfermedad prolongada (crónica) en la cual el cuerpo no puede regular la cantidad de azúcar en la sangre. La patología afecta a más del 10% de la población chilena, lo que se traduce en cerca de 2 millones de personas que viven con la enfermedad.
Y las consecuencias son muchas, además de un tratamiento de por vida, cuidados en la alimentación y la probabilidad incluso de amputación de alguna extremidad. Sin embargo, también hay otra que es menos mencionada y con una gran prevalencia: La posibilidad de quedar ciego.
El doctor de medicina interna Juan Contreras, parte del equipo de Retidiag, crearon un dispositivo de uso automático e individual, que logra captar el estado de la retina y enviarlo a través de un software a un profesional, que lo evalúa.
“Existe un componente hereditario, pero como toda enfermedad, lo que permite el desarrollo es el componente genético, más lo ambiental. Si una persona tiene mala genética y no se cuida en la alimentación, es además sedentario, lo más probable es que esa genética se exprese como diabetes”.
Evitando la ceguera
El especialista asegura que, en Chile, hay varios estudios de oftalmólogos que demuestran que dentro de la población diabética en su conjunto, aproximadamente el 30 por ciento tiene retinopatía diabética, que es una de las principales consecuencias de la diabetes.
“Lo que más uno recuerda son a las personas amputadas, pero hay otras consecuencias, ya que la diabetes va afectando los vasos sanguíneos desde adentro, muy lentamente y genera problemas de circulación de la sangre en distintos órganos. Uno de esos son las piernas, otro es el corazón, otros son los vasos que llegan al cerebro y que provocan accidentes vasculares y esto también ocurre dentro del ojo”, señala el doctor.
La única forma de prevenir, asegura, es que todo paciente diabético se tiene que evaluar la retina una vez al año. Eso se hace mediante un examen llamado fondo de ojo, que, en palabras simples, es mirar el ojo por dentro hasta el fondo, para ver la retina y las posibles lesiones. Luego, dependiendo del grado, las personas pueden acceder a un tratamiento con láser, que provoca una pequeña quemadura dentro de la retina, para evitar que progresen las lesiones y la persona quede ciega.
“Si todas las personas lograsen a acceder a un tratamiento oportuno antes de que el ojo sangre por dentro, es posible que no existan tantos ciegos a causa de la diabetes. Hoy la ceguera es la primera causa de ceguera en el mundo”, agrega el Dr. Contreras.
Es en este escenario donde aparece Retidiag, el dispositivo que facilita la toma del examen y que tras un trabajo de cuatro años, de un equipo multidisciplinario, lograron crear este aparato, que puede ser instalados en los lugares más alejados y aislados del país y ofrecer la posibilidad a sus habitantes de tomarse este análisis a tiempo.
“Hoy para tomar este examen es necesario que un tecnólogo médico esté con el paciente y haga el procedimiento, lo que es muy efectivo. Pero ¿qué pasa cuando la persona está lejos de Santiago, y no es tan fácil llegar a un centro de salud para hacerse una evaluación. Es aquí donde surge la necesidad de crear un dispositivo con el que el paciente interactúe directamente, una máquina que se utilice de forma autónoma y no dependa del tecnólogo médico. Es un equipo que, en términos simples, es casi como un cajero automático, al que el paciente se acerca y le toma una fotografía de la retina. Con esto aumenta la cobertura a nivel nacional, se abaratan costos, se mejora la calidad de atención, la persona puede ir un día sábado o domingo sin tener que pedir permiso en el trabajo y es todo el proceso mucho más fácil”.
El médico realiza un cálculo simple, pero que complica mucho más todo. Y es que, si el 30 por ciento de personas presenta estos problemas, existen 7 de cada 10 que no lo tienen y que utilizan cupos de atención con especialistas, aún estando sanos. Ante esto, al contar con un diagnóstico automático, se evitan colapsos innecesarios.
Finalmente, Juan Contreras destaca que, más allá de la retinopatía, hay enfermedades como el glaucoma, que afecta al 2% de la población mayor de 40 años, y que gracias a esta pesquisa, también se pueden detectar.
Para más información puedes ingresar a http://www.retidiag.com/
Saludos,