Podría ser una de las historias de Maconodo, de ese realismo mágico asoleado de las Américas donde, en pos de mantener el poder por parte de autoridades, se mezclan las corrupción, los complots y las más alocadas o afiebradas situaciones: Es lo que ocurre en Chillán Viejo, que el día de hoy tiene dos alcaldes y ojo, podría tener tres si se suma el jefe comunal protocolar.
Según informa La Discusión de Ñuble, el alcalde socialista, Felipe Aylwin, fue suspendido el pasado 31 de octubre de su cargo, el motivo, una decisión del Tribunal de Garantía de Chillán en el marco de una investigación por fraude al fisco que involucra la desaparición de 300 millones de pesos de la comuna que dirigía.
Decisión de la justicia que, a través de un comunicado la jornada de ayer, cambió.
Este documento devuelve el sillón edilicio al jefe comunal socialista en medio de un dispar panorama, porque el decreto para ser restituido fue firmado por sí mismo y no por la alcaldesa subrogante, Carol Lagos, quien mantendrá sus funciones como jefa comunal a la espera del pronunciamiento de Contraloría por este tema.
El abogado del alcalde suspendido (hasta ayer), Julio Díaz de Arcaya, comentó a La Discusión que Aylwin está en toda plenitud para asumir el cargo, “porque los argumentos legales, el fondo de la cuestión en relación a esta disputa, respecto de si cesaba o no de manera automática en el cargo o de pleno derecho, está claramente zanjado. No solo porque la Constitución es clara, sino porque también hay fallos del Tribunal Constitucional que así lo señalan”.
Los concejales que recurrieron al Tribunal Electoral Regional para destituir al alcalde calificaron la situación de lamentable. Además, según recalcaron desde sus equipos jurídicos, que el edil socialista sigue en calidad de acusado, donde la Fiscalía persigue una pena de carácter aflictiva, vale decir sostienen, que la suspensión del cargo se debiera mantener.
Una disputa que no es de dos, sino de tres que se tendrán que sentar hoy en la misma mesa. El concejal y actual alcalde protocolar, recalcó que la situación de Aylwin es absolutamente inaudita.
“Nunca pensamos que las turbulencias y preocupaciones las iba a generar el mismo alcalde, quien desde nuestro punto de vista, se apersonó en el municipio sin ningún tipo de sustento legal, reincorporándose a la fuerza al edificio consistorial”, recogen en La Discusión.
Historia más que turbulenta que ocurre en Chillán Viejo, que hoy jueves amanece con la oficina del alcalde con tres «tronos»: el del alcalde autorestituido, Felipe Aylwin; la alcaldesa subrogante, Carol Lagos y el alcalde protocolar, Jorge del Pozo.
