La diputada humanista, Pamela Jiles, abarcó la crisis del Frente Amplio luego de la visita de los diputados Gabriel Boric (MA) y Maite Orsini (RD) al ex frentista, condenado por el asesinato de Jaime Guzmán, Ricardo Palma Salamanca.

Muy fiel a su estilo, la parlamentaria entregó un decálogo con el que plantea que se debe buscar la transparencia y la probidad de todos los integrantes del bloque.

Jiles recalca que “desde el Frente Amplio hemos hecho gárgaras rechazando la falta de transparencia en la política. No hay espacio para el doble estándar en la materia”.

Este es su decálogo:

-No me parece aceptable sostener reuniones políticas secretas.

-No acepto dinero, regalos, prebendas de ninguna especie.

-No acepto invitaciones financiadas por personas u organizaciones fuera de las oficiales y aprobadas por el Congreso.

-No utilizo fondos públicos para ningún fin que no esté explícitamente regulado por la ley.

-No acepto viajes financiados por entidades nacionales, internacionales, comerciales o políticas, no importa si es la OLP o los Niños Cantores de Viena.

-No doy audiencias reservadas a nadie, se trate de personas naturales, autoridades, organismos u organizaciones.

-Para todos los efectos en relación con las audiencias y reuniones me apego estrictamente a la ley del lobby que fue creada justamente para garantizar la transparencia de estos contactos.

-No conduzco bajo los efectos del alcohol.

-Soy partidaria de que todos los parlamentarios nos realicemos exámenes periódicos de drogas como un requisito para seguir en este rol.

-No participo en cocinas ni en comisiones truchas digitadas en La Moneda; nada fuera del ámbito soberano del Parlamento.

Estoy convencida de que la probidad y la transparencia absoluta son el capital político esencial del Frente Amplio y rechazo cualquier vulneración a este mandato.