El diputado del Partido Humanista, Tomás Hirsch, rememoró los días previos a la votación del Plebiscito de 1988 como “una semana muy intensa, pero también tensa. Lo recuerdo como el día más épico de mi vida. Fue una experiencia casi mística, con una convergencia y unión que nunca antes ni después se ha vuelto a ver. Marcó un hito en la historia”.
Al ser consultado por la conmemoración del triunfo del No, el parlamentario Tomás Hirsch enfatizó que “lo que pasó después marcó muchas diferencias. El error fundamental fue el prescindir de la participación ciudadana. El plebiscito corresponde a una ciudadanía que se moviliza. Sin embargo, unas pocas cúpulas de algunos partidos políticos son las que se suben al camión y dicen a la gente ‘muchas gracias, váyanse para la casa’. Esto se lo planteamos al Presidente Aylwin en 1993, cuando nos salimos de la Concertación”.