Sin duda que no son los mejores tiempos para las FFAA, debido a la crisis por una seguidilla de casos de corrupción destapados en el Ejército, lo que que complica a todas las ramas de la Defensa, este viernes se realizó el cambio de mando en el Estado Mayor Conjunto y que si no existieran estos caso le habría correspondido asumir a aun general del Ejército, pero no ocurrió y el Gobierno designó en calidad de suplente al actual subjefe del EMCO, el vicealmirante Rodrigo Álvarez.
«El general de Aviación Arturo Merino Núñez, quien ha sido designado como nuevo Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile, entregó el cargo de Jefe del Estado Mayor Conjunto en calidad de suplente, al Vicealmirante Rodrigo Álvarez Aguirre, quien estará al mando del Estado Mayor Conjunto hasta que su Excelencia, el Presidente Sebastián Piñera Echenique, designe al futuro sucesor del General Merino», informó oficialmente Defensa.
“El Estado Mayor Conjunto y la ramas de las Fuerzas Armadas son permanentes, lo que trascienden son las instituciones, y son ellas las que nos dan fortaleza como país, son aquellas a las que debemos cuidar, apoyar y plantearles como misión tener los más altos estándares de profesionalismo, capacitación, probidad y de entrega sin límites por la noble causa que es la Patria. El desafío para quienes vienen al Estado Mayor Conjunto es, junto a los Comandantes en Jefe, pensar en los cambios que hoy tiene la Defensa en el mundo entero, que nos obligan a estar permanentemente actualizándonos, avanzar a la modernización de nuestra Defensa Nacional”, dijo el Ministro Espina.
En su discurso de despedida, el Jefe de Estado Mayor Conjunto saliente, señaló: “Recuerdo que cuando me recibí de este alto cargo, el 21 de diciembre del año 2015, mis primeras palabras como Comandante fueron para pedirles que trabajamos unidos bajo una premisa en mente: “realizar lo que hacemos en forma leal, teniendo presente que nuestro trabajo y decisiones debían estar siempre orientadas al beneficio de la Defensa de nuestro país, evitando sesgos profesionales o particulares que podamos albergar en nuestros corazones, por el hecho de pertenecer a distintas instituciones armadas, por las cuales, obviamente llevamos grabada una doctrina, que nos caracteriza como militares y por la cual profesamos especial cariño”.