El ministro Carlos Künsemüller, uno de los tres jueces de la Segunda Sala de la Corte Suprema acusados constitucionalmente, disparó con todo en contra de los diputados que presentaron el requerimiento, indicando que no aceptara que parlamentarios que solamente han “leído la tapa de la Constitución” revisen los fallos judiciales.
Künsemüller junto a Manuel Valderrama y Hugo Dolmestch fueron acusados constitucionalmente por un grupo de parlamentarios de oposición que cuestionaron su fallo que permitió la libertad condicional a siete condenados por violaciones a los derechos humanos.
En entrevista en La Tercera, el supremo dijo firmemente que “yo no tengo por qué aceptar que un parlamentario que no tiene la más mínima idea de los temas jurídicos involucrados, que a la Constitución a lo mejor le ha leído solo la tapa, me venga a revisar las sentencias que yo dicté”.
Sobre la acusación constitucional presentada en contra de los ministros, el magistrado señaló que “si lo que se ha querido por estos parlamentarios es tener jueces dóciles y temerosos, y que vayan a preguntar al Congreso cómo tiene que fallar, se han equivocado. Los jueces chilenos no van a hacer eso”.
Respecto al fracaso de la acusación en el Congreso, el ministro dijo que “en lo que a mí respecta, como ministro acusado, se rechazo una infamia en lo personal. En lo que concierne al Poder Judicial, se rechazó una agresión al estado de derecho y a la convivencia democrática del país”.
En cuanto a la gente que gritaba a favor de la acusación constitucional, Künsemüller aseguró que “muchas de ellas tuvieron que haber sido personas que nosotros, con nuestras sentencias, favorecimos. No me cabe la menor duda. Entonces, la única explicación es que quienes patrocinaron esta infamia manipulan a estas señoras y a estos caballeros, y se aprovecha de esta situación de dolor para sustentar este tipo de agresiones”.
“Los jueces tenemos que dictar las sentencias conforme a derecho y al mérito del proceso, sin ninguna otra consideración y eso es lo que hemos tratado de hacer y, naturalmente, puede haber sentencias que resuelvan en un sentido y otras que resuelvan en otro sentido, pero eso es lo propio de todos los tribunales, sobre todo los tribunales colegiados, en que hay tres en la corte de Apelaciones o cinco ministros en la Corte Suprema”, menciona.
El ministro continúa señalando que “¿por qué todos tienen que opinar lo mismo? ¿Qué les obliga a decidir en la misma forma? Si todos estuviéramos obligados a fallar conforme a un modelo preexistente, en realidad habría que cerrar los tribunales”.