El ministro de la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema, Carlos Künsemüller, salió nuevamente a criticar a los diputados que presentaron una acusación constitucional contra tres jueces, afirmando que lo que buscaban los parlamentarios con esta iniciativa era la de “amenazar” e “intimidar” a los magistrados para que sean “dóciles”.
Esta vez en El Mercurio, el ministro explica que la acusación en su contra es una “infamia a mi persona”, debido a que se basó en hechos falsos y lo “más grave es atribuirles a los tres ministros de la Segunda Sala que deliberadamente y a conciencia infringieron la ley. Eso significa atribuirnos el delito de prevaricación, lo más grave que se le puede imputar a un juez. Y esa imputación se lanza en la acusación, sin ninguna prueba que la respalde, lo que de por sí es inaceptable”.
Künsemüller insiste en que “es evidente que aquí hubo un intento de agredir a la Corte Suprema, a la independencia y autonomía de todos los jueces de Chile”.
“Se envía un mensaje en la acusación, no solo a la Corte Suprema, a todos los jueces chilenos, que ratificaron los diputados en sus argumentaciones en la sala: “Ustedes jueces de Chile tienen que fallar las causas como nosotros estimamos que deben fallarlas”. Eso es una agresión a la independencia”, explica.
El supremo explica que en la acusación también hay un dato nuevo y lo dijeron los parlamentarios el jueves durante la votación en el Congreso que es “somos un Congreso nuevo y vamos a ejercer la facultad de revisar las sentencias de los tribunales de justicia”. Esto, evidentemente, es una amenaza, una intimidación. Y naturalmente confiamos en que los jueces chilenos no se sientan intimidados, pero evidentemente introduce un factor, por lo menos, de preocupación, de que se pretenda que los jueces chilenos sean jueces dóciles, temerosos y que antes de dictar la sentencia tengan que ir a preguntar a la Cámara de Diputados cómo fallar la causa”.
El juez señala también que los diputados que presentaron la acusación constitucional no cejaran en continuar con esta facultad por otros fallos que se puedan dictar en el futuro, mencionando que ellos “anunciaron que este era un primer paso y que iban a continuar con este tipo de acciones. Pero como lo dijo el Colegio de Abogados y lo han dicho cientos de juristas de todas las tendencias políticas, todo esto está destinado a destruir el Estado de Derecho y la convivencia democrática en este país”.
Insiste en que la acusación “fue una maquinación. Fue una conjura para atacarnos, y eso yo no lo acepto. No acepto que un congresista ignorante, que no tiene idea de nada, venga a revisar mis sentencias. No lo acepto, porque el congresista tampoco aceptaría que yo me fuera a instalar a su oficina a revisarle su proyecto (de ley) y decirle: ‘Esto no sirve para nada, cámbielo’. ¿Por qué tengo que aceptar yo esto?”.