Un pequeño bastante especial hoy en día es el llamado perro Carlino o como muchos lo conocen el Pug. Esta raza cuenta con muchos nombres diferentes y todos cambian según el país donde se encuentre, Pug Chino, Bulldog Holandés o Mops en Alemania.
Esta mascota milenaria es de origen chino y se considera una de las razas más populares por su personalidad y su disposición juguetona. Son considerados muy especiales en las altas esferas del imperio chino, recibiendo así tratos especiales y hasta incluso títulos nobiliarios.
De tamaño compacto y fuerte, de hasta 8 kilos, el Pug tiene una personalidad divertida y llena de energía, lo que lo hace una excelente compañía para familias con niños y ancianos. Además, ofrece lo mejor de los dos mundos, ya que puede dormir hasta 14 horas dando espacio a sus familiares y brindar hasta 10 horas de explosión de alegría y vivacidad.
Sin embargo, no todo es felicidad para esta popular raza, pues “los miles de años de mezcla genética lo han vuelto susceptible a padecer distintas enfermedades que afectan su calidad de vida. Su hocico es el principal punto de atención, pues padecen problemas respiratorios debido a que es muy corto. Su conformación craneana se denomina braquiocefálica, su cráneo es pequeño y nariz chata, lo que interfiere muchas veces con las estructuras ligadas a la respiración, además son propicios a desarrollar un ligero prognatismo inferior en su mandíbula” afirma Carolina Figueroa, veterinario de Royal Canin.
Lo anterior genera que muchas veces sean intolerantes al ejercicio y al calor, por ello es recomendable no sobre exponerlo a climas muy intensos ya que podrían sufrir de un golpe de calor. Es importante estar muy atento ante cualquier síntoma de fatiga como jadeos continuos e intensos y taquicardia, pues podría terminar en un resultado fatal por paro cardio respiratorio.
Otro punto a destacar son sus ojos, que por ser grandes, saltones y por tener un corto hocico, los hace más propensos a sufrir heridas. Se recomienda revisarlos frecuentemente por enrojecimiento, inflamación o secreciones extrañas, pues en algunos casos esta raza desarrolla ulceras en las corneas.
Sus característicos pliegues aunque lindos son un foco a tener en cuenta para una buena salud. Hay que mantenerlos limpios porque pueden almacenar bacterias, levaduras y humedad, pudiendo llegar a causar inflamación, hinchazón y hasta infecciones en la piel. La limpieza debe ser frecuente especialmente en las arrugas de la cara.
Otro problema que destaca en la raza, con el que se debe tener mucha prevención es la obesidad. El Pug genéticamente es más propenso a desarrollar sobrepeso, condición que generará más problemas respiratorios, se agotará más fácilmente, sufrirá de las articulaciones y hasta podría desarrollar diabetes.
Entonces ¿Qué alimento se le debe dar a un Pug? Figueroa enfatiza que uno Premium es la mejor opción, que esté especialmente desarrollado para las características propias de la raza Pug. Tal como Pug Junior y Pug Adult de Royal Canin, desarrollados con investigación científica especializada, en los que la croqueta para el Pug está perfectamente adaptada a los dientes y mandíbula característicos del Carlino. Además, poseen forma de trébol con un tamaño de 1 cm para facilitar su agarre y masticación, que al momento de triturarse no libera polvillo como otras croquetas, polvillo que muchas veces es inhalado y puede generar irritación en el tracto respiratorio.
Este alimento Premium previene el sobrepeso y, a la vez, mantiene el tono muscular propio de la raza además de reforzar la barrera en la piel y mantenerla sana.