El ciberespacio ha alcanzado una importancia sin precedentes durante los últimos años, pasando a ser considerado como la quinta dimensión, porque hasta hace pocos años, se consideraba que tierra, mar, aire y espacio constituían los ambientes conocidos en que el hombre ejercía su presencia.
Los “ciberproblemas”, entonces, se han vuelto cotidianos, demostrando una vulnerabilidad que no se conocía y hoy, se torna fundamental conocer, analizar y actuar frente a las amenazas que se ciernen sobre la cultura digital.
Durante los últimos años nuestro país ha recibido de ataques a las redes públicas, interfiriendo, en muchas oportunidades, la eficiencia de los servicios del Estado; a pesar de lo anterior, las consecuencias de estas acciones aún no han llegado a un nivel de gravedad que se haga sentir en la vida cotidiana de las personas. En contraposición, en el ámbito privado la situación ha sido más grave, destacándose como ejemplos más visibles del último tiempo, la sustracción, a través de las redes, de una cuantiosa suma de dinero al Banco de Chile y la filtración de miles de tarjetas de bancos y tiendas de retail.
Sin embargo, revisando lo avanzado en respuesta a esta nueva forma de agresión, autoridades gubernamentales durante los últimos años han concretado varias iniciativas, entre las que podemos mencionar: la elaboración de una Política Nacional de Ciberseguridad, una Política Nacional de Ciberdefensa, un Comité Interministerial de Ciberseguridad, una hoja de ruta con medidas a cumplir antes del término del presente año, y la adhesión al Convenio de Budapest, considerado el instrumento internacional más serio de cooperación entre Estados para investigar y perseguir estos delitos que no tienen fronteras.
Hoy las Fuerzas Armadas en todos sus niveles de operación, asumen la llegada de la era digital con las TIC (Tecnología de la Información y Comunicaciones), como una de las grandes Revoluciones en Asuntos Militares de los últimos tiempos, comparable entre otras con la incorporación de las armas de fuego, los blindados y la aviación a los escenarios de conflicto, que transformó la forma de enfrentarlo. El ciberespacio inserto transversalmente en todos los niveles de la defensa, es una dimensión donde los sistemas de armas interactúan – complementaria y sinérgicamente- para obtener los mejores rendimientos, es por ello que la importancia de la ciberseguridad para protegerlos de interferencias externas y la ciberdefensa para obtener los mejores resultados, es hoy una preocupación constante de las Instituciones.
La Política de Ciberdefensa indica que “El Estado de Chile considera que un ciberataque puede llegar a ser tan dañino como un ataque armado. Chile podrá considerar los ciberataques masivos sobre su soberanía, sus habitantes, su infraestructura, o aquellos que afecten gravemente sus intereses, como un ataque armado, y de acuerdo con el artículo 51 de la Carta de las Na
ciones Unidas, podrá hacer uso de los medios que estime apropiados, tanto físicos como digitales, en el ejercicio de su derecho a la legítima defensa”, razón suficiente para que el sector defensa que incluye a las Fuerzas Armadas, continúe desarrollando las capacidades de ciberdefensa que el Estado y la sociedad en su conjunto les ha confiado.
Algunas líneas de acción que no deberían estar ausentes en la planificación del Estado en ciberseguridad, muchas de las cuales ya están en pleno desarrollo, son:
• Establecer un organismo del Estado que centralice y lidere la ciberseguridad, con facultades y capacidades para lograr la integración de todas las instituciones públicas y privadas que encabezan las áreas de infraestructura crítica.
• Considerar en una estrategia global, la implementación en cada una de las áreas de infraestructura crítica, el diseño de planes y programas que permitan fortalecer la prevención, protección, mitigación, respuesta y recuperación.
• Fomentar el desarrollo del capital humano y una cultura de ciberseguridad que llegue a todas las capas de la estructura social.
• Fomentar la investigación y el desarrollo de soluciones tecnológicas propias, desarrolladas en Chile, asociadas a la ciberseguridad.
• Desarrollar un marco legal que permita regular el uso responsable del ciberespacio.
Finalmente, al revisar la situación nacional y la forma en que se está enfrentando este nuevo desafío, se evidencia una rápida toma de consciencia y un nuevo impulso, que sin lugar a dudas permitirá a corto plazo cambiar la tendencia y mejorar paulatinamente la ciberseguridad en el país.