Irán responsabilizó a «un régimen extranjero» patrocinado por Estados Unidos del atentado perpetrado en un desfile militar en la ciudad de Ahvaz, en el suroeste del país, y en el que murieron al menos 12 personas, advirtiendo que dará «una respuesta rápida y decisiva«.

El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, escribió en su cuenta de Twitter que «Irán responsabiliza a los patrocinadores del terrorismo en la región y a sus amos estadounidenses» del ataque de Ahvaz, en el que murieron al menos doce personas, entre civiles y militares.

Aunque sin citarlo, Zarif se refirió a Arabia Saudí, país al que el portavoz de los Guardianes de la Revolución, Ramazan Sharif, acusó hoy de financiar al movimiento árabe Alahvazié, supuesto autor del atentado.

Reporte parcial de «12 muertos y muchos heridos»

Se desconoce por el momento la cifra exacta de víctimas entre los asistentes a la parada militar celebrada en Ahvaz con motivo de la Semana de la Sagrada Defensa, que conmemora la guerra entre Irán e Irak (1980-1988).

Los terroristas dispararon contra las unidades del Ejército y los Guardianes de la Revolución que estaban desfilando y contra el público, informó la agencia Tasnim.

No lograron entrar en el área del desfile y abrieron fuego desde un edificio cercano y un lugar ubicado detrás de la plataforma en la que se encontraban las autoridades asistentes al evento, añadió.

Ataque al estilo del grupo terrorista Estado Islámico

Según la agencia semioficial ISNA, los agresores iban vestidos con uniformes militares. Los atentados en el interior de Irán son infrecuentes, aunque si son habituales los ataques de grupos extremistas contra guardias fronterizos en los límites del país persa con Pakistán o Irak.

El ataque terrorista más grave perpetrado recientemente fue en junio de 2017 en la capital, Teherán, que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Al menos 17 personas murieron y más de 50 resultaron heridas en un doble atentado contra el Parlamento iraní, donde durante horas los extremistas mantuvieron rehenes, y contra el emblemático mausoleo del imán Jomeiní.