A cinco días de haber sido designado como ministro de las Culturas y las Artes y el Patrimonio, Mauricio Rojas, deja su cargo luego de las polémicas declaraciones respecto a que el Museo de la Memoria, que recuerda las violaciones a los derechos humanos cometidos en dictadura, era un “montaje” y que provocó un revuelo transversal de críticas y cuestionamientos a su nombramiento.

El jueves pasado, el Presidente Sebastián Piñera realizó su primer cambio de gabinete, modificando las carteras de Educación y Cultura, sacando a Edgardo Varela y Alejandra Pérez, respectivamente, debido a, en el caso del primero, a sus constantes dichos que causaron fuertes dolor de cabeza, siendo el último sobre los bingos lo que terminó de colmar la paciencia del mandatario.

En el caso de Cultura, la hasta ese entonces ministra Pérez había estado cuestionada por tratar de “cuestiones” las actividades culturales realizadas en regiones en una entrevista a El Mercurio de Valparaíso, lo que motivó al senador de RN, Francisco Chahuán, a señalar que la titular debía ser “sacada a patadas”.

Se esperaba que la llegada de Rojas amortiguara el impacto del acotado cambio de ministros realizado por el mandatario, pero a las pocas horas de haber sido designado, los medios de comunicación ya daban cuenta de los comentarios que sacaron ronchas en la centroizquierda y en parte de Chile Vamos.

Sus dichos respecto a que el Museo de la Memoria era un “montaje” y que su objetivo era el de “impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar”, movieron a gran parte de la cultura nacional, lo cual se vio reflejado en la suspensión de la actividad por los 55 años de Los Jaivas que estaba programada que el ministro participara.

A lo anterior se le suman las declaraciones de funcionarios y directivos del Museo de la Memoria rechazando sus declaraciones y los reiterados tuits de distintos artistas cuestionando al secretario de Estado.