Este martes, el Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo que su país iba a «boicotear» los productos electrónicos estadounidenses, en un contexto de crecientes tensiones en las relaciones entre Ankara y Washington en las últimas semanas, poniendo en riesgo las relaciones en materia de Defensa que para Estados Unidos son clave en el control del conflicto en Siria.
«Vamos a aplicar un boicot contra los productos electrónicos estadounidenses», dijo Erdogan en un mensaje por televisión.
«Si (Estados Unidos) tiene iPhones, hay Samsung de otro lado», dijo Erdogan durante un discurso en Ankara.
El iPhone es el aparato de la marca estadounidense Apple y Samsung es el gigante de la electrónica surcoreano.
«Nosotros (también) tenemos nuestros Venus y Vestel», agregó en alusión a marcas electrónicas turcas.
Los productos de Apple son muy utilizados en Turquía, incluso por Erdogan quien suele ser fotografiado con un iPhone o una tableta electrónica iPad en la mano.
Durante el intento de golpe de Estado del 15 al 16 de julio de 2016, Erdogan había instado a sus seguidores a salir a la calle a través de la aplicación telefónica FaceTime, desarrollada por Apple.
Las airadas declaraciones del presidente turco llegan en un momento en el que Ankara y Washington, dos aliados en el seno de la OTAN, atraviesan una crisis diplomática que preocupa a los mercados en Turquía y que aceleró el colapso de la lira turca.
Después de varios meses de tensiones, las relaciones se complicaron más tras la detención en Turquía de un pastor estadounidense, Andrew Brunson.
Estados Unidos impuso entonces sanciones contra dos ministros turcos y Ankara respondió con medidas similares. Acto seguido, el Presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el aumento de las tasas de importación del acero y el aluminio turcos.
Estas disputas provocaron que la lira turca se hundiera estos últimos días.
La divisa parecía sin embargo remontar este martes, al día siguiente de que el banco central turco anunciara una serie de medidas.
Erdogan acusó de este colapso a un «complot político» urdido según él desde Estados Unidos.
«No dudan en utilizar la economía como un arma», declaró este martes y aseguró en cambio que la economía turca funcionaba «como un reloj, gracias a Dios».
Relaciones militares en riesgo
Los lazos militares entre Turquía y Estados Unidos ya se ven afectados debido al apoyo de Washington a los combatientes kurdos de Siria (YPG), a los que Ankara considera una rama del «terrorista» Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), reseña un cable de AFP-
Y la tensión aumentó luego de que Turquía llegara a un entendimiento para la compra del sistema avanzado de defensa aérea S-400 ruso, pese a ser un aliado de la OTAN.
Este movimiento desafiaría las sanciones que Estados Unidos impuso a Moscú, y la relación cada vez más cómoda de Turquía con Putin ha encendido alarmas tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea.
Trump firmó el lunes una prohibición para entregar aviones caza F-35 a Turquía si Ankara sigue adelante con la compra del S-400.
El almirante retirado James Stavridis, un antiguo comandante supremo de la OTAN, urgió a Washington y a Ankara a hacer todo lo que puedan para mejorar sus relaciones.
«Perder a Turquía sería un error geopolítico de proporciones épicas», dijo Stavridis este lunes a MSNBC, aunque estimó que Ankara «tiene que dar el primer paso en este momento».