‘Rapa Nui. Una herida en el Océano’ es el nombre del libro que relata la decisión del pueblo de Chile en 1937, cuando en medio de una crisis económica y la compra de armamento de nuestros vecinos, el presidente de la época, Arturo Alessandri Palma, intentó vender el territorio.

El escrito perteneciente a Mario Amorós se presentará en Santiago el 9 de agosto y en la isla el día 14. Según relatan sus páginas –y recoge el diario El País– se integró al territorio chileno en 1888 y, recién en 1966, el Estado reconoció los derechos civiles y políticos en la zona.

En los treintas, donde existieron las negociaciones, Amorós recoge que “para el Chile continental la isla era sobre todo un lugar marcado por el estigma de la lepra y para el poder político, un lugar lejano, cedido a la Armada y arrendado a una compañía privada, con muy escaso valor”.

Percepción que tenía un gobierno azotado por la crisis económica de 1929 y que necesitaba reforzar la armada, debido a que las autoridades temían una alianza militar entre Perú, Bolivia y Argentina.

En el escrito se recoge que el año 1937 el Gobierno de Alessandri ofreció vender la Isla de Pascua al mejor postor. Entre ellos estaban Estados Unidos, Japón, Reino Unido y la Alemania Nazi. Con estos últimos ya habían habido negociaciones, porque nuestro país compró 36 aviones para la fuerza aérea «de manera arbitraria e incurriendo en prácticas corruptas», recalca el escrito.

El autor mencionó que en el archivo de Ministerio de Asuntos Exteriores de un historiador se encontraba el resumen de una entrevista entre el embajador de Hitler en Chile con el otrora Canciller de la época, José Ramón Gutiérrez, celebrada el 14 de agosto de 1937. Acá se explica el intento de nuestro país de vender la isla por un millón de dólares en la época.

En tanto, en 1930 se conoció misma oferta en Estados Unidos, para posteriormente con un nuevo informe el 8 de junio de 1937, un agregado naval de Estados Unidos en nuestro país, A.S. Merill, envió un documento de vuelta al país norteamericano a explicar los motivos de la venta y conseguir, como recalca el libro, que no se vendiera el territorio isleño a ninguna de las potencias del Eje (como es el caso de Japón, Alemania e Italia).