El diputado del Partido Socialista, Juan Santana, entró al debate por las responsabilidades que deben decretarse por las nubes tóxicas que afectan a las comunidades de Quintero y Puchuncaví.
En este sentido, el parlamentario pidió directamente la renuncia del cargo de la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, por verse involucrada en un conflicto de interés, ya que su esposo, Gonzalo Molina, fue socio de Fernando Barros, presidente de la empresa Oxiquim, una de las cuales también estaría involucrada en la emanación de estos gases tóxicos.
“Llama la atención la inmediatez y la rapidez con la que el gobierno le ha endosado la responsabilidad exclusivamente de esta situación medioambiental a la ENAP cuando toda la comunidad científica ha hecho un llamado a ser rigurosos, a ser cautos respecto de las investigaciones que se están llevando a cabo para determinar responsabilidades y orígenes de estos gases que han afectado no solamente a comunidades educativas de la zona sino que también a comunidades de toda la región”, indicó Santana.
“En ese sentido llama la atención la falta de crítica, la falta de responsabilidades que la ministra no le atribuye a la empresa Oxiquim en donde el presidente del directorio es Fernando Barros, el abogado tributarito que trabajó por más de 17 años y quien fue socio de Gonzalo Molina, esposo de la actual ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt”, agregó.
Además, el diputado emplazó a la autoridad al señalar que “si la actual ministra no es capaz de actuar de acorde al cargo, es decir, con un grado de objetividad, imparcialidad, en situaciones que dañen a las comunidades como lo vimos durante estos días lo más recomendable es que la ministra Schmidt renuncie a su cargo”.
Para cerrar, Santana dijo que “si la investigación que se está llevando a cabo determina la responsabilidad de esta empresa, los negativos efectos medioambientales contra las comunidades de Puchuncaví y Quintero y la ministra Schmidt no se ha manifestado respecto al tema, evidentemente se produciría un daño no solamente profundo al gobierno, sino que a la credibilidad de la actividad política y al Estado en su conjunto”.