En el segundo trimestre del presente año, la actividad económica exhibió un crecimiento anual de 5,3%, tras aumentar 4,3% el trimestre anterior, según lo que informe el Informe de Cuentas Nacionales del Banco Central.
Con dos días hábiles más que el segundo trimestre del año 2017, el efecto calendario resultó igual a 0,2 puntos porcentuales.
Desde la perspectiva del origen, se observaron incrementos en todas las actividades, destacando en términos de incidencia la industria manufacturera y comercio y, en menor medida, servicios personales y empresariales. En tanto, las actividades agropecuario-silvícola y pesca destacaron por su dinamismo.
Por otro lado, las cifras ajustadas estacionalmente dieron cuenta de un incremento de 0,7% del producto interno bruto (PIB) con respecto al trimestre anterior. Las mayores incidencias se encuentran en servicios, las cuales fueron parcialmente compensadas por caídas en minería y construcción.
Desde la perspectiva del gasto, el PIB se vio impulsado por la demanda interna, alza que fue compensada en parte por la caída en las exportaciones netas.
La demanda interna registró un incremento de 6,0%, luego de crecer 4,0% el trimestre anterior. Al igual que a comienzos de año, la demanda interna se vio impulsada por el consumo de los hogares y la inversión. El consumo creció 4,2%, donde el gasto en servicios y en bienes durables destacaron en términos de contribución.
Por otro lado, el aumento en la variación de existencias tuvo una incidencia marginalmente mayor que la formación bruta de capital fijo (FBCF) en el aumento de la inversión.
Respecto de las cifras de comercio exterior, las exportaciones netas cayeron en el período, reflejo de un aumento de las importaciones superior al de las exportaciones.
En efecto, las importaciones crecieron 10,0% versus el 7,5% registrado en las exportaciones. Las internaciones de productos metálicos, maquinarias y equipos, combustibles y químicos influyeron en el resultado de las primeras. En tanto, dentro las exportaciones destacaron los mayores envíos de cobre y de bienes industriales.
En términos desestacionalizados, la demanda interna creció 1,8% con respecto al trimestre anterior, liderada por el consumo de hogares y la inversión en maquinaria y equipos. El efecto del gasto interno determinó el aumento del PIB, en tanto las exportaciones netas incidieron negativamente, debido a un incremento de las importaciones y a una caída de las exportaciones.
El ingreso nacional bruto disponible real creció 5,5%, tras hacerlo en 5,7% el trimestre anterior. En el resultado predominó el aumento de las transferencias recibidas desde el exterior, lo que fue en parte compensado por mayores rentas pagadas. Por otro lado, el efecto de los términos de intercambio fue marginal.
El ahorro bruto total ascendió a 22,2% del PIB en términos nominales, compuesto por una tasa de ahorro nacional de 20,2% del PIB y un ahorro externo de 2,4% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta corriente de la Balanza de Pagos.
Por otra parte, en línea con la política de revisiones de las cuentas nacionales, la tasa de crecimiento del PIB se corrigió al alza en 0,2 puntos porcentuales, en el primer trimestre del año.