El Estado de Arabia Saudita decapitó el domingo a la activista y defensora de los derechos humanos en ese país, Esra al-Ghamgam, luego de pasar tres años encarcelada por manifestarse en forma pacífica por la democracia y la libertad de los presos políticos.
Según señala el diario Tercera Información, en lo que va de 2018 son más de 75 personas a las que se le ha “cortado la cabeza” y las cifras continuarán en aumento, ya que 51 personas más esperan su ejecución.
El pasado 15 de agosto la Fiscalía Saudita había pedido la pena de muerte para esta defensora de los Derechos Humanos.
De acuerdo a algunas fuentes sauditas, la feminista fue decapitada públicamente, luego de pasar tres años detenida por criticar a los gobernantes del reino.
Según la cuenta de Twitter “Thefreethoughts” y otras fuentes sauditas, la mujer, de nombre Esra al-Ghamgam, fue ejecutada por orden del fiscal el domingo.
Además, se compartió un video que mostraba a un verdugo que la acostaba en una posición recostada en el suelo antes de decapitarla con una espada cuando las fuerzas de seguridad esperaban.
Ghamgham fue detenida junto con su esposo Seyyed Musa Ja’afar Hashem durante un ataque de seguridad en su casa en la región principalmente chiita de Qatif en la Provincia Oriental el 8 de diciembre de 2015.
De acuerdo a lo que señala el diario al-Quds al-Arabi, con sede en Londres, se informó anteriormente que su detención se produjo en respuesta a sus actividades “antisistema”.
Además, dijo que el activista solía participar en las protestas pacíficas en la región en apoyo de la democracia y la liberación de los presos políticos.
En tanto, el príncipe heredero del reino, Mohammad bin Salman, ha estado tratando de presentarse a sí mismo como el defensor de la reforma social y una figura liberal.
En ese sentido, en mayo levantó la prohibición del reino sobre la conducción femenina, pero poco antes, las fuerzas de seguridad sauditas realizaron una serie de arrestos de mujeres activistas, incluidas algunas de las personas que habían apoyado la eliminación de la prohibición.
Los informes que se han recopilado señalan que los activistas continúan tras las rejas, y tanto las detenciones como las detenciones continuas provocan críticas directas de grupos de derechos internacionales.