Con una generación impresionante, Francia gana su segunda estrella mundial al derrotar a Croacia 4-2 en un partido que no estuvo a la altura de una final.
El inicio del partido fue similar al de Francia-Bélgica, con una Croacia que tomó la iniciativa y el encuentro, atacando con subidas de Strinic que exigió la defensa gala o de Perisic por su banda izquierda.
Modric iniciaba el juego venciéndose a la derecha, atrayendo rivales y el balón pasaba a la banda contraria, mostrando a una Croacia que empezaba mejor el partido.
Francia no iba directamente a por el partido, esperaba y ya Mbappé a los 17 dejaba seco a Strinic con un regate en el área, y tenía el plan B, el balón parado, tan útil contra Uruguay o Bélgica.
Así, en el minuto 18, Griezmann se inventó una falta al borde del área que Brozovic no cometió y cuestionada por toda Croacia, quienes algunos alegaban un piscinazo, mientras que para otros un ardid de genio.
Griezmann la envió al área con clase e intención y Mandzukic la peinó transformándola en autogol.
Francia seguiría con su plan de usar el contragolpe y Croacia atacando con más empeño, con las líneas un poco más arriba.
A los 28 empató, de nuevo en un balón parado, un saque de falta con estrategia que buscó el segundo palo a Vrsaljko, el toque de Mandzukic, otro tercer toque hasta Perisic, que recortó y batió a Lloris.
En el 34, otro saque de esquina cambiaría el partido de nuevo, ya que el balón tocó en Perisic o lo tocó Perisic, esa era la duda, y las protestas croatas encendieron el VAR.
Las dudas del árbitro eran evidentes cuando volvía al vídeo a revisar la jugada, pero acabó señalando el penal que Griezmann lo transformaría en otro gol.
En los 54, Pogba lanzó un pase largo al espacio para Mbappé, el primer rechace fue para Griezmann y el segundo para Pogba, que disparó con la derecha primero y luego con la izquierda para hacer el tercero.
Poco después, Hernández le dejó un balón al borde del área, Mbappé anotó justó al palo, colocando el 4-1.
Sin embargo, el partido reavivó por un error de Lloris que más que relajado le daba al Mandzukic el 4-2.
El resultado final coloca a Francia de nuevo en los anales de los triunfadores de un mundial y a su técnico dentro del Olimpo de los entrenadores que llegaron a ser campeones como jugadores y luego como directores técnicos de una selección.