La humanidad habrá consumido el 1 de agosto el conjunto de los recursos que la naturaleza puede renovar en un año y vivirá «en deuda» durante cinco meses, según la oenegé Global Footprint Network, revela un cable de AFP.
El 1 de agosto es la «fecha en la que habremos utilizado todos los árboles, el agua, el suelo fértil y los peces que la Tierra nos puede aportar en un año», explicó Valérie Gramond del WWF, vinculada al Global Footprint Network, que recordó que esta fecha llega cada vez más pronto.
«También habremos emitido más dióxido de carbono del que los bosques pueden absorber», añadió Gramond.
«Haría falta actualmente el equivalente de 1,7 planetas Tierra para satisfacer nuestras necesidades», subrayó el WWF en un comunicado.
El 1 de agosto es la fecha más temprana registrada desde que empezó a contabilizarse el «Día de Sobrecapacidad de la Tierra», a principios de los setenta. Entonces, los recursos fueron agotados el 29 de diciembre, mientra que el año pasado esta fecha ya se había adelantado hasta el 3 de agosto.
Desde entonces, «se aceleró el agotamiento de los recursos a causa del consumo excesivo y del derroche de comida», explica Gramond, quien recuerda que en el mundo un tercio de los alimentos termina en una basura.
Este despilfarro de recursos naturales varía según los países. «Tenemos responsabilidades distintas, ya que pequeños países poco poblados como Catar o Luxemburgo tienen una huella ecológica muy importante», criticó Pierre Cannet del WWF.
Si el conjunto de la humanidad viviera como los cataríes o los luxemburgueses, el «Día de Sobrecapacidad de la Tierra» sería el 9 y el 19 de febrero, respectivamente. En cambio, en un país como Vietnam, esta fecha no se produce hasta el 21 de diciembre.
«Tenemos que pasar de un grito de alarma a una llamada a la acción», defendió Pierre Cannet, quien se muestra preocupado por el incremento el año pasado de las emisiones de CO2, después de tres años en los que se mantuvieron estables.
En la página web del «Día de Sobrecapacidad de la Tierra» se proponen varias soluciones para invertir la tendencia actual: replantear el modelo de las ciudades, impulsar las energías renovables, reducir el derroche de comida y el consumo excesivo de carne y limitar el crecimiento demográfico.