Para llamar la atención de los niños, Heinz decidió sacar ketchup de colores: verde, turquesa y morado. Tras 6 años, dejaron de fabricarlo.

En 2012, la gente de Bic pensó que las mujeres necesitaban un bolígrafo especial para ellas. Todos se burlaron.

Google+ fue el intento de Google de hacer la competencia a Facebook, pero fue una decepción.

Estas patatas fritas no tenían grasa, a la gente le gustaron y triunfaron en su primer año. Pero se supo que contenían olestra como sustituto de la grasa, que produce retortijones y diarrea.

Según Trump, eran filetes «premium», pero los consumidores no estuvieron de acuerdo. Se dejó de vender tras solo 2 meses.

No sabemos cómo se les pudo ocurrir sacar un bálsamo labial con sabor a Cheetos, pero es comprensible que fallara.

Solo duró un año, porque al parecer, ni siquiera sabía bien.

Estas gafas inteligentes fueron un fiasco. Costaban 1500$ y fallaban en realizar sus funciones. También creaban problemas de seguridad y privacidad.

Resultó tener un fallo en las baterías, que se sobrecalentaban y explotaban. Samsung tuvo que retirar 2 millones  y medio de estos Galaxy Note 7, que no duraron ni un año en el mercado.

Atari se gastó 20 millones en crear el videojuego de este éxito de taquilla, pero quedaron más de la mitad de los 4 millones de cartuchos sin vender y los tiraron a un vertedero.

Se invirtieron 325 millones en desarrollar estos cigarrillos sin humo, pero al parecer, «sabían a m*erda».

Conocido por ser el coche de Regreso al futuro, llamativo por sus puertas que se abren hacia arriba, pero solo duró 3 años porque no funcionaba demasiado bien y ocasionaba problemas de seguridad.