En el Palacio de La Moneda, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín, respondió a la decisión de reunirse, a cinco minutos que venciera el ultimátum, con los gendarmes que amenazaban con una paralización.
El secretario de Estado dijo que “los problemas se resuelven conversando y fue una buena oportunidad de dialogar. Junto con los dirigentes compartimos la necesidad que la institución se modernice, se reforme y que sus funcionarios sean parte activa de esa priorización que haremos para poner una gendarmería 2.0”.
Sobre si habían “cedido” a las presiones, el ministro Larraín recalcó que “las palabras ultimátum y ceder son propias de los momentos de tensión. La verdad es que sentarse a conversar nunca ha sido una concesión, creo yo que es una obligación. Nunca hemos rechazado el diálogo, lo único que hemos planteado es que cualquier conversación que tenga el Ministerio de Justicia con los gremios de cualquier institución, sea una conversación que no saque el eje de dónde se resuelven los problemas. Eso lo convenimos con Gendarmería”.
En el mismo punto, el secretario de Estado dijo que “Si hubiera sido el resultado de todo esto un paro y una movilización por no haber conversado, creo yo que el juicio crítico hubiera sido justificado. En cambio nosotros nunca descartamos el diálogo y sólo planteamos como condición para conversar que esto se radique en Gendarmería. Acá todos tienen algo que aportar y decir, acá nadie ha cedido”, finalizó.