Desde que los diputados Gabriel Boric y Giorgio Jackson pusieron en el tapete de la discusión la posibilidad de bajar los sueldos de los parlamentarios, el tema ha tomado ribetes importantes y dio el puntapié inicial a un profundo y fuerte debate en todo ámbito, incluso la ciudadanía comenzó a exponer sus puntos de vistas a través de las redes sociales y manifestándose de acuerdo en disminuir las onerosas dietas de los “honorables” que son los que más ganan en relación a sus pares de Latinoamérica y delos países OCDE,con quienes tanto gusta compararse Chile,

De esta forma, los legisladores del Frente Amplio han logrado demostrar una superioridad moral frente a sus colegas en el Parlamento, quienes han tenido que salir en hordas para defender su propio  bolsillo y rechazar la posición de los diputados, provocando una fuerte molestia entre quienes son partidarios de disminuir los salarios.

La discusión de fondo, sin embargo, va por la pregunta respecto a si son muy altas las dietas de los parlamentarios, lo cual en todos los estudios sobre el tema se afirma fehacientemente que sí, especialmente si se compara con otros países y en particular los de la OCDE.

Pero ¿cuánto ganan los parlamentarios?. De acuerdo a lo que dice el Senado en su página web, “la dieta es la remuneración mensual que percibe el Senador durante el periodo para el cual ha sido elegido y, de acuerdo al artículo 62 de la Constitución Política de la Republica, equivale a la de un Ministro de Estado, incluidas todas las asignaciones que a estos correspondan. El monto bruto actual es de $ 9.349.851”.

Tanto los senadores como diputados en Chile tienen una dieta bruta que llega al monto antes señalado, pero luego de los descuentos según su edad, sus cargas familiares o beneficios tributarios a los que puedan acogerse, la cifra promedio llega, en el caso de los senadores, a los $6.320.154.

Sin embargo, a la dieta se le deben sumar las asignaciones mensuales que regula el Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentarias, que preside actualmente el ex senador DC Andrés Zaldívar, las cuales son destinadas a gastos operacionales, contratación de personal de apoyo y asesorías externas.

De esta forma, en el caso de los senadores, el monto tiene un tope máximo mensual de $20.242.101 y para cada uno de los diputados es de $ 11.242.954.

Al debate también se han incorporado economistas como Sebastián Edward, quien en una carta a El Mercurio compara las dietas parlamentarias con Estados Unidos y Nueva Zelandia, comprobando que los sueldos de los legisladores nacionales son demasiado elevados y corresponden a más del doble de lo que se entrega en esos países.

Otro que también ingresó a la discusión fue el Presidente Sebastián Piñera, quien respaldó la postura de los diputados del Frente Amplio y dijo que los sueldos de los parlamentarios al igual que en otros sectores y empresas públicas son muy elevadas, lo que desató molestia en gran parte del oficialismo.

Sin embargo, también hay voces disidentes como la del diputado UDI, Guillermo Ramírez, quien calificó la medida como “populista”, agregando que “los parlamentarios deberían tener sueldos mucho más bajos pero no deberían tener dedicación exclusiva y que a muchos diputados del Frente Amplio le haría bien trabajar en el mundo real”.

Incluso algunos parlamentarios de la derecha proponen estudiar el tema de la rebaja de sueldos, pero colocando algo al lado como es la disminución de parlamentarios en el Congreso, ya que a su juicio, esto conlleva un mayor gasto de recursos al Estado.

Sueldo vs horas trabajadas

Dentro de la discusión por la rebaja de las dietas, también ingresó al debate el tema de si se condice el sueldo que obtienen los legisladores con lo trabajado durante su gestión parlamentaria, lo cual también lleva a una discusión en redes sociales entre internautas que atacan la labor legislativa y califican a los diputados y senadores de “flojos”.

Un documento elaborado por el Senado y dado a conocer por El Mercurio, muestra que las comisiones del Senado promedian 4,3 horas al mes de trabajo legislativo en el actual periodo.

El informe, solicitado por el presidente de la Cámara Alta, Carlos Montes, surge a raíz de la discusión entre oposición y oficialismo por la baja densidad de iniciativas puestas en tabla de la Sala del Senado.

Los datos para el informe fueron tomados desde el periodo del 11 de marzo al 15 de junio de este año y entre sus principales conclusiones se establece que el promedio mensual de trabajo llega a las 4,3 horas y durante el mes de junio en la última semana no hay sesiones de comisiones por ser distrital.

A pesar de la mala cifra, también se indica que en 97 días, la comisión de Constitución es la que más horas laborales tiene, completando cerca de 30, con un total de 20 sesiones y tramitando nueve proyectos, uno menos que la de Educación que tiene 27 horas con 59 minutos.

Un análisis hecho en abril de este año por la página polidato.cl a las horas de trabajo efectivo en la Cámara de Diputados, muestra que un parlamentario laburó en comparación a un chileno común, 3,6 horas en promedio cada día que le correspondía trabajar en sesiones y comisiones según calendario, tomando en cuenta que el estudio recogió los datos desde el 2017 hasta 2018.

Lo anterior implica que un diputado trabajó el 48% que un chileno común, y dentro de sus horas planificadas, perdió el 20% sobre lo que planificó trabajar, debido a la inasistencia, incompatibilidad horaria e impuntualidad.

El estudio también se hace la pregunta de ¿por qué el período 2017 – 2018 es el que tiene menos horas efectivas de trabajo diario en sesiones?, a lo cual se responde que se debe a dos razones como es el caso de que se planificó trabajar un 14% menos de tiempo que los años anteriores y que el porcentaje de inasistencia aumentó un 20%.

Entre las conclusiones que deja el trabajo se arroja que hubo un 18% de inasistencia. Una asistencia se define cuando un diputado está un instante del evento, como también que hubo una impuntualidad marcada al iniciarse sesiones con el 47% de los diputados presentes.

Además, en lo que se refiere a eventos medibles, los diputados trabajaron un 48% en relación a las 45 horas de un chileno común, a lo que se suma que el lunes del último año trabajaron en promedio 54 minutos, siendo que es un día dedicado al trabajo exclusivo de comisiones.

Como es conocido, el debate continuará porque no existe en el Congreso la voluntad de adoptar medidas para bajar sus dietas, lo cual acrecentará aún más la molestia en la ciudadanía que ha dejado de participar en las votaciones, ahondando más la crisis de la política y con ello la mala fama que tiene el Congreso Nacional que sigue como una de las organizaciones el Estado con mayor rechazo ciuadano.