“El lugar siniestrado presenta condiciones de riesgo no controladas que generan situaciones de peligro para la comunidad escolar” asegura un documento del Departamento de Infraestructura del Dem. El análisis de la ACHS y el departamento de Prevención de Riesgos de la comuna sentencian que no hay ni seguridad ni higiene mínima para recibir a los estudiantes.
Esta es la realidad del catastro hecho por el Municipio de Santiago sobre el Liceo Amunátegui, el que el alcalde decretó cerrar por el incendio que se realizó en la sala de profesores del establecimiento.
Desde la Dirección de Educación Metropolitana de Santiago emitió un documento luego de 10 días y aseguró que el recinto está inutilizable. 15 aulas de clase que deberán ser desconectadas dl sistema eléctrico y sanitario porque no reúnen las condiciones necesarias para recibir a los estudiantes, dos baños en el primer piso, un laboratorio y el comedor de los alumnos, que luego de la toma quedó con todos sus vidrios quebrados, puertas forzadas y la despensa con las protecciones destruidas.
El mismo escrito apunta que la sala de profesores, donde partió el incendio, quedó completamente destruida, haciendo necesario cambiar la tabiquería, el sistema eléctrico, los equipos de iluminación, puertas y ventanas.
El análisis realizado por la Asociación Chilena de Seguridad también dio un informe categórico. Explica que el sistema eléctrico está en mal estado y podría generar un nuevo siniestro, que los baños y camarines presentan daños, al igual que el casino.
Este informe es coincidente con el que realizó el Departamento de Prevención de Riesgos de la Municipalidad, donde se indica que el área afectada por el incendio presenta condiciones de riesgo no controladas que generan situaciones de peligro para la comunidad escolar y que además no está en condiciones para ser utilizado por la comunidad escolar.
Al respecto, el Alcalde aseguró que “nuestra decisión de cerrar este semestre y reubicar a los alumnos el próximo está basada en estos informes técnicos. Para nosotros es una medida dolorosa y muy compleja, pero nuestra obligación es que los 778 alumnos puedan continuar con sus estudios en un lugar que tenga las condiciones de habitabilidad necesarias y no revista ningún peligro para la comunidad escolar en su conjunto”.
Recibidos estos informes, la Municipalidad de Santiago se abocará a buscar los recursos necesarios para realizar reparaciones estructurales del liceo y garantizar la entrega del servicio educativo en las mejores condiciones.