viernes, diciembre 27, 2024

En medio del escándalo de los curas liderados por «La Abuela» de la diócesis de Rancagua, el cuestionado obispo Goic renuncia al Consejo de Prevención de Abusos Sexuales

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El 18 de mayo pasado, a pocos días de haber llegado de Roma los obispos chilenos renunciados, se destapa otro escándalo de índole sexual, un grupo de más de una docena de curas que está vinculados a una supuesta cofradía informal que se denomina “La Familia” y que es liderada por un sacerdote que se hace llamar “La abuela”, evidenciando en este «alias» el nivel de distorción y aberración de los ministros católicos que jerarquicamente deenden y obedecen al obispo de Rancagua, el gordinflón Alejandro Goic, que este sábado -según extensa y llorona entrevista dada a la Tercera- a presentado la renuncia a la presidencia del Consejo de Prevención de Abusos Sexuales contra menores del episcopado, pero el caso de Rancagua no es el único, los religiosos mercedarios se hacían llamas «Las Palomas», tal como lo señala la crónica Sodoma y Gomorra 2.0.

Esta renuncia era una obligación casi moral para el renunciado y cuestionado prelado dada su inexcusable negligencia en este caso que era vox populi en la extensa región de O’Higgins. “He presentado mi renuncia indeclinable al Consejo de Prevención de Abusos”, sentencia Goic.

El listado de «curitas» que serían parte de la cofradía «La Familia» suspendidos de sus ministerios, es decir que ya no están a cargo de las comunidades a las que pertenecen son:

Robinson Piña, capellán del Colegio Marista de San Fernando
Luis Rubio Contreras, párroco de Paredones (cura denunciado por Canal 13)
Óscar Zúñiga, párroco del Sagrado Corazón Las Cabras
Héctor Fuentes de la parroquia de Peumo.
Pablo Donoso de Pichilemu
Gino Bonomo de la parroquia de Pumanque
Héctor Fuentes, de la parroquia de Peumo
Sergio Farias de Coltauco
Freddy Gorigoitía,parroquia El Manzano
Fernando Armijo de San Vicente de Tagua Tagua
Mguel Angel Riveros, Chimbarongo
Aquiles Correa, La Compañía, Graneros
Ernesto Castro, Coinco

Según antecedentes recopilados por INFOGATE, en la costera comunidad de Pichilemu, hay preocupación en la comunidad católica dado que están a la espera del destape de otro escándalo, dicen. En esta línea, al interior de la prelatura de Illapel, también existiría una suerte de cofradía de sacerdotes dados al lujo y a otras costumbres, como por ejemplo se mandan a confeccionar las sotanas y roquetes a Roma, usan sedas romanas y costosos atuendos reservados solo para obispos y cardenales, esto en comunidades muy pobres como son Canela, Illapel, Salamanca y otras comunidades del interior.

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