Desde que se supo -primero por la prensa argentina- que el embajador de Chile ante el gobierno de Mauricio Macri es el hermano del Presidente Sebastián Piñera (¿Nepotismo? Sebastián Piñera nombra a su hermano como embajador en Argentina), las críticas le llueven a La Moneda, que sin duda termina su peor semana a un poco más de un mes de gobierno. Una mala semana marcada por imprudencias y los mal llamados «errores no forzados» de ministros y parlamentarios del oficialismo que han complicado a Palacio sin que tenga que ver de manera directa con los líos en cuestión.
Lo que sí se transformó es un lío para Palacio es el nombramiento de Pablo Piñera, y en el afán por tratar de apuntalar la estantería este sábado tres ex embajadores: Eduardo Aninat; Eduardo Rodríguez G., Nelson Hadad y Francisco Cruz F., uno de ellos seriamente cuestionado por problemas de probidad mientras fue representante de Chile en el exterior, publican una carta de apoyo al nombramiento, cuyo texto es el siguiente:
«Mucho caudal se ha hecho por la designación de Pablo Piñera Echenique como embajador en Argentina. Desde la imprudencia hasta el nepotismo han transitado las críticas por nuestro enviado a la Casa Rosada, en uno de los nombramientos más importantes para nuestra Cancillería, en el marco diplomático de Política de Estado.
Por eso los que suscribimos esta carta queremos aclarar, en nuestra calidad de ex embajadores, abogados y especialistas en relaciones internacionales, algunos conceptos que suelen confundirse para entender tan delicadas funciones.
Lo primero: el cargo de embajador es de exclusiva confianza del Presidente de la República. Más allá de que el investido provenga del Servicio Exterior o fuera de él, por el solo ministerio de la Constitución su status no es «de carrera» o «político», sino el de un enviado extraordinario y plenipotenciario del Ejecutivo. Las díadas entre «políticos» y «de carrera» no son entonces categorías aplicables a esta condición. Lo que importa es contar con experiencia internacional, competencia en políticas públicas y un capital personal solvente que se exprese en una nutrida red y entorno de contactos, que permitan profundizar el vínculo con en el país en el cual está acreditado.
Cuesta pensar así en un nombre más pertinente que el de Pablo Piñera. Credenciales académicas, experiencia en el Estado, Cancillería y sector privado; además de algo esencial: acceso y empoderamiento para tomar las decisiones que una relación bilateral tan intensa, permanente y polifacética como la de Argentina con Chile demanda.
Por eso en Argentina el agreement fue inmediato. La señal de realismo político que les estamos dando a nuestros vecinos es que ese país nos importa, y mucho, tanto que las confianzas depositadas en nuestro enviado serán máximas para representar los intereses de Chile», remantan los firmantes, los ex embajadores Eduardo Aninat; Eduardo Rodríguez G., Nelson Hadad y Francisco Cruz F.