Este domingo se conocen duras «reflexiones» realizadas por el ministro de Justicia, el UDI, Hernán Laraín, quien cuestionó la designación de notarios y jueces durante los últimos años, abriendo un nuevo frente comunicacional y por cierto un conflicto -al igual que la pasada administración Bachelet- con el Poder Judicial. Aunque lo dicho por Larraín reviste doble falta, porque lo dijo pensando en que no había prensa presente.

Larraín analizó la situación de su ministerio ante el consejo programático de la UDI: “Los nombres los propone la Corte de Apelaciones en una terna y lo resuelve el ministro de Justicia. No he visto un sistema más discrecional”, enfatizó Larraín.

Pero el ex senador fue más allá y se quejó amargamente porque a pesar de proponer cambios a este sistema de seignaciones «la fuerza del mal impide que estos avancen”, y en esta misma línea apuntó al Poder judicial asegurando que: “Si miran y analizan la estructura de los jueces se van a dar cuenta de que la mayoría de los jueces son de izquierda”.

La razón de esta supuesta «izquierdización del Poder Judicial» radica en que las últimas décadas, cuatro han sido de gobiernos de derecha (incluyendo el de Pinochet), mientras que 24 han sido de gobiernos de izquierda lo que en su lógica se traduce en: “Y como los ministros de Justicia son los que nombran a los jueces, el resultado es dos más dos”, sostuvo.