jueves, noviembre 21, 2024

Tras muerte de joven por virus Hanta: Veterinarios explican los alcances y entregan recomendaciones para la prevención

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Nuevamente se enciende la alerta ante la confirmación de la muerte de una joven que se mantenía en estado grave producto del virus Hanta, que contrajo en Coyhaique y que fue trasladada de emergencia a la UTI de la Clínica Las Condes.

El fallecimiento del a mujer, se suma a los ya varios casos de contagio que se han presentado este 2018, lo que obliga a estar alerta a las medidas de prevención.

Y es en esta tarea donde aparecen los médicos veterinarios, quienes tienen principalmente el rol de la concientización y difusión en la comunidad de medidas preventivas orientadas a reducir los riesgos de contraer la enfermedad, principalmente disminuyendo las posibilidades de contacto de personas con el ratón colilargo (Oligoryzomys longicaudatus) y sus secreciones, siendo este el roedor silvestre que predominantemente actúa en nuestro país como reservorio del virus Hanta variedad Andes.

La doctora Macarena Vidal, directora de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Mayor y vocera de Colegio Médico Veterinario, (COLMEVET), explica que resulta de vital importancia evitar la cercanía o convivencia con roedores y el contacto con sus secreciones, previniendo que éstos entren a las viviendas. La medida es fundamental, ya que el ratón colilargo (Oligoryzomys longicaudatus) y sus secreciones, es el roedor silvestre que predominantemente actúa en nuestro país como reservorio del virus Hanta variedad Andes, por lo que la precaución debe ser mayor.

Sobre las zonas más expuestas, asegura que son las áreas rurales, silvestres, con actividad forestal y agrícola, desde la Región de Atacama hasta la Región de Aysén. Ante esto, los grupos de mayor riesgo son:

–              Trabajadores agrícolas, forestales y aserradores.

–              Personas que trabajan en áreas rurales y permanecen en ella en condiciones precarias.

–              Personas que van de picnic o acampan al aire libre o en zonas de camping.

–              Personas que se alojan en albergues, cabañas o lugares que han permanecido cerrados.

–              Personas que realizan actividades de limpieza en el campo.

La vocera de COLMEVET explica que, el roedor portador es pequeño, su cuerpo puede medir entre 6 y 8 centímetros, generalmente de color café claro a amarillo ocre en el dorso y grisáceo en el vientre y que destaca por su prominente cola, que usualmente supera los 12 centímetros de largo.

“El Oligoryzomys longicaudatus vive en Chile y Argentina, en sectores precordilleranos y en terrenos cuya superficie está cubierta en un 70% por malezas y arbusto y en la cercanía de cursos o fuentes de agua, por lo que su hábitat es preferentemente rural y silvestre. Este roedor no hace cuevas, sino que aprovecha cavidades excavadas por otros ratones y nidos de pájaros vacíos. Su árbol preferido en la zona central es el Espino y en el sur es la Quila. En desratizaciones masivas, ocupa los domicilios libres de ratas caseras”, señala la especialista.

La profesional alerta que hay que estar muy atentos también ante sus fecas, las que contagian el virus e incluso se describe que el contagio hacia el hombre se produce principalmente cuando son inhalados los aerosoles que emanan de las deposiciones del ratón. “Sus fecas son pequeñas, de forma cilíndrica y similar a las de un ratón doméstico”.

Sobre cómo el hombre se contagia, señala lo siguiente:

  • Al inhalar los aerosoles que emanan de las deposiciones del ratón.
  • Respirar pequeñas gotas frescas o secas, o aire contaminado con saliva, orina o excrementos de un ratón infectado.
  • Ingerir alimentos o agua contaminados con orina, heces o saliva de estos roedores.
  • Tener contacto directo con excrementos o secreciones de ratones infectados (por ejemplo, tocar ratones, vivos o muertos, con las manos descubiertas; contacto directo de heridas con ratones o su orina, saliva o heces).
  • Tocar cualquier objeto donde haya sido depositado el virus y luego acercar la mano a la nariz, ojos o boca.
  • Ser mordido por un ratón infectado.
  • La principal vía de transmisión del virus a las personas es a través de la vía aérea

Sobre las medidas de prevención, La doctora Macarena Vidal, advierte que, si una persona habita, trabaja o está de vacaciones en una zona donde hay roedores (tomando en cuenta la cercanía del fin de semana Santa), debe considerar lo siguiente:

  • No se debe ingresar en habitaciones o recintos que hayan permanecido cerrados por algún tiempo, sin antes haber ventilado previamente durante 30 minutos. Las precauciones   incluyen airear el ambiente antes de comenzar la limpieza, evitar los procedimientos que podrían convertir el virus en aerosol, como barrer, rociar con una solución de agua con cloro el ambiente con presencia de excretas u orina de ratón y los lugares de anidación ratones.
  • Las áreas infectadas deben limpiarse con toallas de papel, seguido de la limpieza con paño mojado o esponja., y se debe usar mascarilla y guantes mientras se realiza la limpieza.
  • Se deben mantener las malezas y pastizales cortados a ras de suelo, despejando desechos y escombros en un radio de 30 metros alrededor de la vivienda. Esta última medida es especialmente importante en áreas de camping en las zonas donde se instalan las carpas.
  • Sellar con planchas de lata, pegadas y clavadas, con cemento u otro material firme las aberturas que tengan un diámetro igual o mayor a medio centímetro, en escuelas, viviendas, galpones y bodegas. Conservar la leña en lugares ventilados, en bodegas techadas con condiciones que impidan el ingreso de roedores.
  • Al interior de las casas y en zonas de camping, se deben eliminar las basuras y restos de alimentos, usar basureros con tapa o enterrarla alejada de las carpas o viviendas (en lugares sin recolección de basura). Mantener los estantes cerrados, conservar alimentos en envases con tapa y nunca dejar restos de alimentos en las superficies.
  • Se debe evitar la recolección y consumo de frutos silvestres y tomar agua desde fuentes inseguras.

“Se trata de una enfermedad zoonótica de gran impacto en nuestro país en los últimos años, debido a la alta letalidad que alcanza en las personas. No existen vacunas o drogas específicas para su prevención y tratamiento, y no es factible aplicar una estrategia de erradicación del agente por encontrarse naturalmente en poblaciones de roedores silvestres», señala la especialista.

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