La Piocha de O’Higgins estrella de oro de cinco puntas, esmaltada en rojo y con el Escudo Nacional en el centro además de ser un “guardapelo”, esconde una suerte de “maldición” que, según el mito popular proviene desde 1886 (suicidió de Balmaceda), cuando esta insignia se cae es un mal augurio para su portador. De hecho fue el propio Presidente Arturo Alessandri quien confirmó esta «maldición».
Arturo Alessandri, al asumir su cargo en 1920, señala la crónica de la época, se le cae la insignia la que fue recogida por el presidente del Senado, Luis Claro Solar. “Mal agüero me acompaña, don Luis, la insignia de mando se me quiere escapar”, le dijo Alessandri. Cuatro años más tarde, el Presidente enfrentó el pronunciamiento militar en 1924 y debió dejar el poder.
Este domingo, el Presidente Sebastián Piñera, tras recibir el símbolo del mando, una vez en el Palacio Cerro Castillo, perdió por algunos segundos la piocha que cuelga al final de la Banda Presidencial y que descansa sobre las borlas doradas que rematan el tricolor. El Mandatario no se percató que se le había caído la insignia y fue su edecán militar quien se la llevó y volvió a colgar. Pero no es primera vez que Piñera tiene un percance con esta insignia, en 2010.
«Todo esto es parte del folklore. Cuentan que a tres presidentes se les cayó la piocha al momento de su investidura. El primero fue José Manuel Balmaceda quien se suicidó en el último día de su mandato, el segundo fue Arturo Alessandri Palma quien sufrió por el exacerbado peso que tenía el parlamento, el último Presidente que se dice sufrió de este augurio fue Salvador Allende», cuenta Yamil Musa, director de Adminstración Pública de la Facultad de Derecho y Gobierno de la Universidad San Sebastián
Pero el académico advierte que: «Los conspiracionistas y sensacionalistas podrán sostener esta maldición, ya que la que hoy usan los Presidentes es una copia de la piocha original perdida tras 1973», sostiene, ya que la que está en uso es una copia de la original que mandó a confeccionar José Gregorio Argomedo quien se la entregó al Director Supremo don Bernardo O’Higgins cuando le sucedió en el cargo.
«El primer Presidente en utilizarla (como símbolo del poder presidencial) habría sido Federico Errazuriz, al que se la entregaron los descendientes de Argomedo en la inauguración del monumento al extinto Director Supremo, desde este momento se instaura esta tradición presidencial», cuenta el profesor Musa.
