El futuro ministro de Justicia, Hernán Larraín, reiteró la negativa a que en el gobierno de Sebastián Piñera se vaya a cerrar el penal de Punta Peuco y dijo que se comete un error “grave” al apuntar las violaciones a los Derechos Humanos solamente a la dictadura militar.
En entrevista con El Mercurio, el senador –que dejará su cargo el 11 de marzo próximo para asumir la cartera de Justicia- señala que con la polémica generada ante el eventual cierre del penal donde cumplen condenas militares que violaron los DDHH “se ha hecho una tormenta en un vaso de agua”.
“Hay que ver su esas instalaciones puedan albergar, con alguna ampliación, a otras personas que estén privadas de libertad. No tiene ningún sentido, desde esa perspectiva, cerrarla. Es distinto a lo del Penal Cordillera, que yo fui partidario de cerrarlo porque no me parecía que fuera un recinto carcelario, pero Punta Peuco sí”, explica.
Además, Larraín señala que se comete un “error muy grave al circunscribir el tema solo a las violaciones a los DD.HH. ocurridas durante el gobierno militar. Ciertamente que es muy importante y seguiremos trabajando por mayor verdad, justicia, reparación y reconciliación que sea posible”.
En ese sentido, menciona que se hará una agenda completa de derechos humanos y “ya hay dos áreas que están cuestionadas, que son los menores y las cárceles. Otros temas donde hay inquietudes sobre nuestro compromiso con los DD.HH. son también los adultos mayores, personas discapacitadas, inmigrantes, entre otros temas”.
En cuanto a beneficios carcelarios a personas con enfermedades terminales, especialmente a quienes están cumpliendo penas en Punta Peuco, el nuevo ministro dijo que “es una materia que no tiene que circunscribirse a un tipo de preso”.
“Tenemos que tener criterios realistas con personas que están con enfermedades terminales, independientemente del delito que hayan cometido. Me parece más humano y se compadece más con el sentido de la justicia. Justicia no es aplastara la persona las últimas consecuencias, sino que pague por sus responsabilidades”, explica.
Al respecto, menciona que “una persona que está privada de la razón, tenerla presa me parece un acto que es lesivo con la dignidad de esa persona”.
En cuanto a las críticas que se le hicieron tras designado ministro por su relación con Colonia Dignidad, Larraín señala que “lo que hice fue hacerme cargo de una institución que existe en mi región. Trabajé con todas las personas naturales y jurídicas de mi región siempre. No le cerré la puerta a nadie. Y en ese caso yo ayudé”.
“Respecto de las otras investigaciones que se hicieron con posterioridad a lo del hospital, que dice relación con la situación de Paul Schäffer –a quien prácticamente no conocí-, cuando él decide no entregarse a la justicia, yo corté relaciones con Dignidad”, remató.