La abogada y actual diputada del PC, Carmen Hertz, salió a criticar la postura asumida por el ex ministro de Justicia, Jaime Campos, en el caso del frustrado cierre de Punta Peuco, indicando que como secretario de Estado en la administración de Michelle Bachelet “fue nefasto”.
En declaraciones a radio Cooperativa, la legisladora señaló que «todos conocemos lo nefasto que ha sido Jaime Campos en su papel de ministro de Justicia, pero el hecho real es que estuvo ahí (en su cargo) hasta el último momento, siguió de ministro de Justicia, y aquí lo único real es que Punta Peuco seguirá siendo una cárcel de privilegio para los genocidas«.
De esta forma, la abogada se refirió a las versiones de prensa que apuntan a Campos como el responsable de “boicotear” el cierre de la cárcel donde cumplen condenas violadores de derechos humanos, debido a que no quiso firmar el decreto que ya tenía la rúbrica de la saliente mandataria.
«Considero muy poco plausible que un ministro se negara, y si así hubiera sido, si hubiera incurrido en un desacato de tal magnitud, de no firmar un decreto dictado por la Presidenta de la República, lo obvio es que se le debería haber pedido la renuncia de inmediato y nombrar a otro funcionario; en ese caso podría haber sido el subsecretario, aunque durara 24 horas«, sostuvo.
Al respecto, precisó que «toda esta rocambolesca historia parece poco plausible», calificando la situación con Campos como un «agravio adicional para el mundo de los derechos humanos el hecho de que, a la falta de una decisión positiva, se le añadan todos estos dimes y diretes: que una funcionaria vio el decreto, pero no estuvo en la reunión, que el otro dice que no…«.
Además, señaló que «si se hizo el decreto, si no se hizo, si estaba en el cajón uno o en el cajón dos, si le hicieron la media firma, la mosca, la firma entera, es irrelevante, y toda esta discusión sólo añade agravio a los familiares de las víctimas de la dictadura”.
Hertz aseveró que “no hubo voluntad política” para cerrar Punta Peuco, ya que “si hubiera querido hacer hubo cuatro años para hacerlo. No se quiso, simplemente. Ésa es la realidad y lo central«.