El senador republicano Rand Paul se había opuesto al endeudamiento que supondrá el presupuesto ya pactado por su partido y los demócratas, con la venia de la Casa Blanca, provocando un nuevo cierre de Gobierno.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos dio su visto bueno a la nueva ley presupuestaria, previamente aprobada por el Senado, poniendo fin a un breve cierre de la Administración por falta de fondos.
El proyecto necesita ahora la rúbrica del presidente de EE.UU., Donald Trump, para hacer efectiva la reapertura administrativa.
Previamente, el voto de protesta del senador republicano Rand Paul, quien se opone férreamente al aumento del gasto y el endeudamiento que prevén los presupuestos pactados por su sector y los demócratas, provocó este viernes (09.02.2018) el segundo cierre parcial administrativo del Gobierno de Estados Unidos en menos de tres semanas. Debido a que está sustentado en tecnicismos y no en una mayoría legislativa, este escenario debería durar poco.
La duda que queda en el aire es si las dos cámaras legislativas serán capaces de aprobar los fondos antes de que el grueso del aparato público se ponga en marcha, a primera hora de esta jornada. Se estima que la votación en la Cámara Alta podría tener lugar recién entre las 3:00 y las 4:00 horas del viernes, hora local. Luego de eso el proyecto pasaría a ser tratado por la Cámara de Representantes, donde la votación final podría tener lugar entre las 7:00 y las 9:00 horas. Si se aprueba, requeriría ya solo la firma del presidente.
Preparándose para lo peor, la Casa Blanca urgió a todas las agencias públicas a que alistasen los planes de contingencia ante la falta de fondos y que informasen a sus trabajadores del impacto de un eventual cierre, que implica que el Gobierno no tendrá más presupuesto y eventualmente debería dar días libres a cientos de miles de funcionarios, algo que ya ocurrió en enero de este año, justo cuando se cumplía el primer aniversario del mandato de Donald Trump.
Definición
Paul, quien con su rechazo demoró el proceso de votación, justificó su postura señalando que «no puedo simplemente mirar para el lado por el solo hecho de que es mi partido ahora el cómplice de los déficits”, y cuestionó a sus colegas al sentenciar que «si estaban en contra de los déficit (presupuestarios) de (Barack) Obama, pero no les inquietan los déficit republicanos, ¿no es eso una buena definición de hipocresía?”.