El Papa Francisco volvió a referirse hoy a los abusos sexuales a menores cometidos por parte de algunos miembros de la Iglesia católica chilena, después de que por la mañana pidiera perdón, en el segundo día de su visita al país.
«Conozco el dolor que han causado los casos de abuso a menores de edad, y sigo con atención cuánto hacen para superar ese grave y doloroso mal», manifestó Francisco en un discurso pronunciado en la Catedral Metropolitana de Santiago de Chile, ciudad a la que llegó este lunes.
«Las víctimas han visto traicionada la confianza que habían depositado en los ministros de la Iglesia», agregó además el sumo pontífice en la alocución.
Y sobre la repercusión negativa que esos casos tuvieron en la opinión pública para la Iglesia católica chilena, el argentino se dirigió a los religiosos que estaban presenciando su acto y admitió: «Sé que han recibido insultos en el metro (…) Sé que ir vestido de cura se está pagando caro».
Luego de referirse a estos episodios, de todas formas, Francisco pidió a los asistentes «no quedarse rumiando la desolación».
Previo a esta mención, en el encuentro que sostuvo con sacerdotes, religiosos, consagrados y seminaristas, el papa se había mostrado distendido e incluso se había animado a usar un anglicismo muy poco ortodoxo en la liturgia eclesial.
Reflexionando sobre la vocación, el pontífice dio paso a los aplausos al afirmar: «No existe el ‘selfie’ vocacional: la vocación exige que la foto te la saque otro: ¿Y qué le vamos a hacer?».
Por otra parte, el Pontífice se refirió a los problemas que enfrentan nuestras sociedades actuales: el sentimiento de orfandad, “un sentir «postmoderno» de que no pertenecen a nadie y que también puede afectar al clero que olvida que es parte del santo Pueblo fiel de Dios y que la Iglesia no es ni será nunca de una élite de consagrados, sacerdotes u obispos”.
“Esta falta de conciencia de pertenecer al Pueblo de Dios como servidores, y no como dueños, nos puede llevar a una de las tentaciones que más daño le hacen al dinamismo misionero que estamos llamados a impulsar: el clericalismo, que resulta una caricatura de la vocación recibida”, señaló el Papa, “ya que no podemos sostener nuestra vida, nuestra vocación o ministerio sin esta conciencia de ser Pueblo”.
El día
En su primera actividad del día, un acto que encabezó en el Palacio de la Moneda (casa de Gobierno), el jerarca católico había dicho: «No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia».
Después de ese primer acto, Francisco ofició una misa multitudinaria en el Parque O’Higgins, en el centro de Santiago. Y su tercera actividad pública del día fue un discurso que brindó en el Centro Penitenciario Femenino, la mayor prisión de mujeres de Chile.
Tras una reunión con obispos en la Catedral, el papa culminará su segundo día en Chile con una visita privada al santuario de San Alberto Hurtado, SJ, segundo santo chileno, que fue beatificado en 1994 por Juan Pablo II. Allí sostendrá un encuentro privado con sacerdotes jesuitas.