Cada una hora, un chileno muere a causa de un infarto, situación que tiene en alerta a los cardiólogos del país, quienes advirtieron hoy de una preocupante situación sanitaria por el número de infartos al corazón y al cerebro. De acuerdo a cifras oficiales del Departamento de Estadísticas del ministerio de Salud, la cantidad de atenciones de urgencia por infarto agudo al miocardio subió 51,7% entre 2010 y 2016.
Asimismo, las cifras señalan que 22 mil personas sobreviven anualmente a una enfermedad cardíaca tras ser atendidas en hospitales públicos del país. Los profesionales ponen en alerta que hoy más pacientes sobreviven un infarto, por lo que a nivel ambulatorio aumentarán los pacientes que se atienden por esta enfermedad. De ahí que el tratamiento posterior al infarto, debe ser lo más amigable posible con los pacientes.
Según advierte la doctora Mónica Acevedo, Secretaria General del Congreso de Cardiología 2017 y jefa de la Unidad de Cardiología Preventiva y Rehabilitación Cardiovascular de Red UC-Christus, el principal problema radica en que entre el 60 y 80% de los pacientes post infartados abandona el tratamiento, debido a la gran cantidad de fármacos que debe consumir en el día o porque no siempre están disponibles en los servicios públicos. “Los hábitos de vida que reflejó la Encuesta Nacional de Salud, así como la falta de adherencia a los tratamientos de los pacientes post infartados ponen a Chile frente a un inminente tsunami de eventos cardíacos y sus consecuencias”, enfatizó la especialista durante el Congreso Chileno de Cardiología que se realiza este fin de semana.
Cabe señalar que la última Encuesta Nacional de Salud, dada a conocer la semana pasada, reveló que más del 70% de los chilenos padece obesidad y sobrepeso; casi uno de cada tres tiene hipertensión; prácticamente 9 de cada 10 personas es sedentaria y casi 13% presenta diabetes, todos factores propicios para desencadenar infartos.
Una de las innovaciones para atacar esta problemática, y que se utiliza en más de 30 países es el uso de la polipíldora, la que reúne en una sola cápsula los tres fármacos fundamentales para la prevención de eventos cardiovasculares: ácido acetilsalicílico como anticoagulante, la atorvastatina como anticolesterolémico y ramipril como antihipertensivo. En Chile está disponible desde 2016 y la Sociedad Chilena de Cardiología recomendó oficialmente su uso como estrategia de salud pública mediante un documento publicado en diciembre del año pasado.
La posición del grupo de médicos especialistas concluye que “dado que el Estado, a través del plan AUGE, cubre los medicamentos en prevención secundaria, creemos importante incorporar la combinación fija, polipíldora, en el arsenal terapéutico post IAM. Esta estrategia podría mejorar la adherencia de los pacientes a la medicación, mejorar el alcance de objetivo de control de factores de riesgo cardiovasculares y, en un futuro, disminuir los eventos cardiovasculares en pacientes coronarios. La implementación de esta política debiera ser por parte del Estado. Solo así las aseguradoras de salud privada lo incorporarían en sus planes de salud”.
España y México son los primeros países en adoptar la polipíldora como política pública, en tanto la Sociedad Interamericana de Cardiología recomendó a los Gobiernos, replicar la medida, lo cual ha sido acogido por las Sociedades de Cardiología de la Región. “Esta problemática es un tema analizado a nivel mundial y regional, y hoy debe ser tratado con la seriedad que corresponde a nivel país”, indicó la doctoraAcevedo.
Además de la facilidad y el acceso, el precio es una enorme ventaja. “Mientras el tratamiento con los tres marcas más vendidas de ácido acetilsalicílico, ramipril y atorvastatina tiene un precio en farmacias cercano o superior a $50 mil mensual, el tratamiento con la polipíldora –que incluye estos mismos tres principios activos- tiene un valor de $20 mil”, dijo la doctora Acevedo.
Durante el Congreso Chileno de Cardiología, se presentaron además una serie de consensos adoptados a nivel internacional y por la misma Sociedad Interamericana de Cardiología, en que recomiendan a los gobiernos el uso de la polipíldora como una efectiva arma de salud pública para reducir infartos y los costos asociados a cirugías, hospitalizaciones, exámenes, licencias médicas, entre otros.
Esta innovación nace de la preocupación del doctor Valentín Fuster, referente indiscutido en la cardiología mundial, quien se percató que a pesar de existir buenos protocolos de tratamiento, buenos especialistas y buenos medicamentos, la tasa de mortalidad cardiovascular seguía en aumento y los costos asociados serán imposibles de solventar en el futuro. El objetivo de la innovación de la polipíldora es justamente es hacer una intervención sanitaria global que ayude a combatir esta epidemia.
Datos adicionales
Infartos a nivel mundial
· En 2015 se estimaron 422 millones de casos de enfermedad cardiovascular en el mundo.
· En 2015 murieron 18 millones de personas debido a enfermedad cardiaca.
· La OMS fijó en 2011 el objetivo de reducir en 25% para el 2025 el riesgo de muertes prematuras por enfermedades no transmisibles (ENT).
· Los objetivos 25/25 de la OMS, suscritos por Chile, llaman a intervenir en: menos tabaco; menos sodio y menos sedentarismo; reducir la presión arterial elevada y obesidad y tratamiento de personas con alto riesgo de enfermedad cardiovascular.
· Se estima que con buenos hábitos se podría prevenir el 80% de los casos de infarto, accidente cerebrovascular y diabetes.