El gerente general de Colbún, Thomas Keller, explicó este sábado la decisión de la empresa de concretar la liquidación de la sociedad con Enel y dar por muerto por el proyecto HodroAysén, afirmando que el problema que hubo fue la falta de un consenso a nivel país para llevar a cabo la obra.

En entrevista con El Mercurio, Keller señala que «el desarrollo de un proyecto como HidroAysén requiere de una política nacional que cuente con un amplio consenso (…) desgraciadamente ese consenso no se ha dado«.

El ejecutivo explicó que la política de la compañía es no imponer proyectos a las comunidades y en este caso no hubo aceptación.

«A pesar de los esfuerzos que hicimos. No logramos convencer a una gran parte de la sociedad chilena de que este proyecto iba en beneficio del país«, sostuvo.

A lo anterior, se añade también el momento que atraviesa la industria energética con sobreoferta  de capacidad instalada que hace necesario incorporar más proyectos de la envergadura de HidroAysén, el cual contemplaba 2.750 MW de potencia.

Sin embargo, el proceso de liquidación no fue un tema fácil, el cual se selló tras meses de negociaciones con Enel respecto al destino de los derechos de agua, los cuales con la decisión serán devueltos al Estado.

Keller señala que como empresa no se sintieron presionados, debido a que «eventualmente podríamos haber seguido nosotros solos o con otro socio, pero no hubo consenso país y el proyecto está muerto”.

“Nosotros quizás le dedicamos más tiempo que nuestros socios a evaluar otras alternativas sobre qué hacer con los derechos de agua, pero no, no nos sentimos presionados«, agregó.

En cuanto a que cerrado el capítulo de HodroAysén, el ejecutivo señala que “nuestra  estrategia continúa siendo aprovechar al máximo nuestro potencial hídrico, pero para eso se deben dar ciertas condiciones en el marco regulatorio. También incorporaremos de forma decidida generación en base eólica y solar, para que las energías de generación variable jueguen un rol muy importante”.