lunes, diciembre 23, 2024

Bachelet promulga ley que crea Ministerio de las Culturas y le manda mensaje a la derecha: «No todo puede ser cuantificable en números»

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Anoche, en una ceremonia realizada en el Patio de Los Naranjos del Palacio de La Moneda, la Jefa de Estado, Michelle Bachelet, promulgó la Ley que crea el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que estará a cargo del diseño, formulación e implementación de políticas, planes y programas para contribuir al desarrollo cultural y patrimonial armónico y equitativo del país en toda su diversidad, reconociendo y valorando las culturas de los pueblos indígenas, la diversidad geográfica y las realidades e identidades regionales y locales.

Esta iniciativa se originó con la Indicación Sustitutiva enviada por la Mandataria en diciembre de 2015, que buscaba asegurar los debidos procesos de participación ciudadana, lo cual permitió un inédito proceso de Consulta Indígena con la participación de los nueve pueblos originarios y tribal afrodescendiente. Fue aprobada de forma unánime el 16 de agosto del 2017.

“Estamos orgullosos de que sea una realidad. Pero es un punto de partida, no de llegada. Ahora son ustedes, los trabajadores de las culturas, las artes y el patrimonio, pero, sobre todo, los ciudadanos y ciudadanas, los chilenos y chilenas de todas las edades, los llamados a darle vida a una nueva institucionalidad cultural más apropiada al siglo XXI, más acorde con las demandas de participación, democracia y respeto por la diversidad de los tiempos que vivimos. Y ésta es una larga deuda que manteníamos con nuestra patria, y que hemos ido saldando poco a poco”, afirmó la Gobernante.

La Mandataria explicó que el objetivo de la Indicación presentada fue superar la dispersión y fragmentación institucional que existía, para abordar más articuladamente los ámbitos de las artes, las culturas y el patrimonio; encontrar un nuevo enfoque para áreas que hasta entonces no estaban bien representadas en la institucionalidad cultural, como las vinculadas al folclore, las culturas populares o las manifestaciones comunitarias; potenciar y reforzar el valor de nuestra diversidad, sobre todo en cuanto a las identidades regionales; crear espacios sustantivos de participación ciudadana para creadores, cultores y gestores tanto individual como colectivamente, y fomentar esos espacios especialmente en lo que atañe a las comunidades y organizaciones de los pueblos originarios; y reforzar el papel del Estado en el fomento y desarrollo de las artes, el patrimonio, la economía creativa, las industrias culturales.

La Presidenta Bachelet enfatizó que “un Estado democrático, moderno y culto debe ser capaz de reivindicar la idea de que no todo puede ser cuantificable en números, ni apuntar necesariamente a la ganancia. Que el desarrollo se expresa ciertamente en el crecimiento, pero junto a él, la grandeza de una patria se mide también en los avances en equidad, y eso incluye ámbitos tan relevantes como el acceso a la lectura, al teatro o a la plástica, por citar solo algunos ejemplos. En definitiva, que el patrimonio cultural no existe únicamente para exhibirlo en los museos sino que debe ser una realidad viva y palpitante en las vidas de las personas, sin importar dónde nacieron o cuál es su condición socioeconómica”.

Además del nuevo Ministerio se crean las subsecretarías de las Culturas y las Artes y del Patrimonio Cultural; un Consejo nacional y consejos regionales integrados más representativamente; y un Servicio Nacional de Patrimonio que integra a los museos nacionales, las bibliotecas públicas, la cineteca nacional, entre otras instituciones.

La máxima autoridad recalcó que “lo que hay detrás de esta determinación, detrás de esta nueva institucionalidad, es la certeza de que las Culturas, las Artes y el Patrimonio no pueden sino tener un estatus principal en la planificación de las políticas de Estado. Un lugar tan importante como el que merecen la educación, la economía, la salud o la justicia”.

Finalmente, la Jefa de Estado sostuvo que “ese Chile mestizo, diverso, conflictivo a veces, melancólico o festivo, se merecía una institucionalidad cultural pública a la altura de sus sueños. Se merecía el espacio para que las culturas dialoguen y nos ayuden a crear, a imaginar, a concebir un Chile más justo, más libre y más humano”.

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