Mantener la capacidad operativa y de movilidad de transporte de carga y personal de la fuerza terrestre del Ejército es un imperativo para un país como Chile, siempre enfrentado a desastres naturales y/o catástrofes que, además, dado el cambio climático obliga al Estado contar con los elementos para ir en rápida ayuda de la población.

Tras los aluviones que afectaron a la región de Atacama durante el primer semestre de 2015 se constató la restringida capacidad de movilización de carga y personal dada la antigüedad de los camiones con que contaba el Ejército, lo que llevó a reemplazar aquellos vehículos de 30 o más años. Es ese contexto que surgen los proyectos “Alfil” y “Cahuelmó”.

En marzo de 2017, en el Parque Empresarial Zofri de Alto Hospicio, la Presidenta Michelle Bachelet encabezó la ceremonia de recepción de los 421 camiones que han sido destinados a distintas unidades y que permiten al Ejército contar con una flota moderna y adecuada a las nuevas necesidades del país.

Una importante muestra de estas unidades polivalentes, que sirven para las labores institucionales propias y para apoyar el sistema de protección civil ante situaciones de emergencia, será exhibida en la Parada Militar 2017, cuya actuación ha sido altamente valorada por la ciudadanía, especialmente en el rol que les tocó cumplir en las regiones de Valparaíso, O’Higgins, Maule y Bío Bío.

En conjunto, los proyectos “Alfil” y “Cahuelmó” del Ejército de Chile, significó una inversión total de más de 79 millones de dólares. Fenómenos imprevisibles seguirán repitiéndose, ya que responden a una nueva realidad climática mundial. Ocurre con los aluviones y también este verano con los incendios forestales y la única acción responsable es mejorar y afinar la capacidad de respuesta de las instituciones, incluyendo a las Instituciones Armadas. Se trata de una inversión fundamental para nuestra patria y para la vida y el bienestar de nuestra gente.

Chile es un país de geografía natural y humana muy diversa, por lo cual hay que estar preparados para un conjunto de complejidades que no necesariamente se pueden controlar y, por lo mismo, es fundamental contar con una logística y personal capacitado para tareas como despejar caminos, construir cortafuegos, llevar agua donde haga falta y transportar a la tropa que presta asistencia a la población civil en momentos difíciles, para trasladar ayuda y equipo, entre otras funciones.