El candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami legó a Colombia para participar en el seminario “Del derecho al agua al derecho a la paz”, organizado por la Cátedra del diálogo y la cultura del encuentro, instancia de la que Enríquez-Ominami es fundador junto al Papa Francisco.
Enríquez-Ominami participó del panel “La construcción de políticas públicas, diálogo necesario ante la diversidad territorial”, llevado a cabo en la Pontificia Universidad Javeriana. En la discusión compartió con el ex guerrillero de las Farc Pastor Alape y con el ex senador, ministro y candidato presidencial de 2010 Rafael Pardo, ambas figuras claves en el proceso de negociación de paz colombiano.
“El cambio climático nos deja perplejos a los que somos de izquierda y a los que son de derecha. Nos deja mudos. Porque en la respuesta no tiene sentido hablar de derecha o izquierda cuando nos estamos depredándonos a nosotros mismos”, señaló el presidenciable ante un salón repleto.
Enríquez-Ominami agregó: “El caso de Chile es emblemático. El agua chilena está en manos de una empresa extranjera. Lo cómico es que la empresa, que es italiana, es pública. Ese caso, en que el agua se vuelve un mercado de acciones, afecta el modelo de desarrollo. No es solo un tema moral, sino que de política pública inmediata. El crecimiento de Chile se acabó si es que no hay ahí un modelo de desarrollo progresista”.
“No existe crecimiento económico como lo estamos entendiendo, si no incorporamos la variable de los recursos naturales. Hay que avanzar a las propuestas. El Papa nos pidió a los políticos que instaláramos en las constituciones de nuestros países al agua como un derecho humano, cosa que no está en la Constitución chilena. Es un recurso transable en la bolsa”, enfatizó.
Junto con valorar que durante su visita a Chile el Papa llegue hasta la Araucanía –“lo que habla de su enorme audacia y generosidad”–, Enríquez-Ominami profundizó en la importancia de aumentar la inversión en ciencia y tecnología de manera significativa. “En Chile es el 0,39% del PIB destinado a esto, respecto del promedio de un 4% en los países desarrollados”, ejemplificó.
“Que nos duelan los pobres y aprendamos de ellos”, dijo citando al padre Esteban Gumucio. “Ellos sí saben del uso eficiente del agua, porque están acostumbrados a vivir muchos de ellos con agua no potable. Aprendamos de ellos. Vale tanto como aprender de los expertos”.
Fuerzas armadas y cambio climático
En su presentación, Enríquez-Ominami abordó otro aspecto clave. “En los años 90 Estados Unidos logró algo que me parece muy inédito y sobre lo cual ninguno de nosotros se ha pronunciado. Por qué las fuerzas armadas no transparentan cuánto afecta lanzar bombas al cambio climático y que tengan un indicador de sus gases de efecto invernadero. Cada vez que se bombardea Siria, cada ensayo nuclear, cada bomba que manda el presidente norcoreano tiene un impacto. Sin embargo, Estados Unidos logró que las Fuerzas Armadas no fueran medidas respecto de su impacto”, señaló.
El candidato concluyó: “Ningún ejército del mundo se va a acoger a esta propuesta, estoy seguro. Por materia de seguridad. Y tendrán 40 pretextos para no participar de ello. Pero a mí me parece que ahí hay una propuesta de la cual hacerse cargo. Y no es posible estar en Colombia, en la visita del Papa, y no recordar a las Fuerzas Armadas que, a veces, son parte del problema y no de la solución”.