Hay temas que cobran especial importancia tras sucesos trágicos como el temblor ocurrido el pasado 19 de septiembre en México que ha causado la muerte de 291 personas hasta el momento. Después del terremoto ocurrido el 19 de septiembre de 1985 que azotó a la Ciudad de México principalmente y que cobró la vida de miles de habitantes, las normas de construcción requeridas para la capital del país exigían ser renovadas de manera importante para reforzar las edificaciones que resultaron afectadas tras el temblor y también para construir desde cero los nuevos edificios de la capital.
La República Mexicana está situada en la región conocida cómo Cinturón Circumpacífico, área donde se concentra la mayor actividad sísmica del planeta gracias a la interacción que existe entre las placas tectónicas de Norteamérica, la de Cocos, Pacífico, Rivera y la del Caribe. Debido a los antiguos lagos sobre los que la ciudad ha sido edificada el movimiento del suelo durante un temblor se amplifica aumentando la capacidad de destrucción del mismo.
Cada edificio que se quiera construir en la capital debe presentar un proyecto que incluya, planos y estudios de cálculo en caso de sismos, además de ser avalado por un director de obras. La diferencia entre una construcción capaz de resistir fuertes movimientos telúricos y otra que corra el riesgo inminente de venirse abajo puede residir en pequeños cambios que se hacen con la intención de abaratar los costos de construcción. Un punto fundamental para evitar lo anterior es el correcto seguimiento de las obras por parte de las autoridades correspondientes.
Países cómo Japón, Colombia, España y Chile en los que la actividad sísmica también es intensa cuentan con reglamentaciones propias para supervisar y regular las obras de construcción que se llevan a cabo, el país nipón hizo una importante revisión de sus normas en 1995 y después en el año 2000. Todas estas reglamentaciones están sujetas a revisiones y cambios de manera continua, la mexicana ha sido modernizada con más frecuencia a raíz del terremoto del ’85.
La tarea de evaluar las estructuras que resultaron dañadas tras el temblor del pasado martes será fundamental para garantizar la integridad de las mismas en el futuro, al igual que hacer seguir al pie de la letra las normas de construcción para Ciudad de México.
Fuente: GQ