El Banco Central de Chile dio a conocer el Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre, con una proyección de crecimiento de la actividad económica interna de entre 1,25 y 1,75% para este año y entre 2,5% y 3,5% para el próximo.
Para la inflación, proyecta que se ubique en 2,4% a diciembre de este año para retornar a 3% en la segunda mitad del año 2018.
El IPoM se acompaña de un documento llamado Crecimiento Tendencial: Proyección de Mediano Plazo y Análisis de sus Determinantes, un estudio técnico que analiza detalladamente los factores que contribuirían al crecimiento del PIB tendencial en el período 2017-2050, con especial foco en los próximos diez años.
Para este último período, el Banco Central ubica el crecimiento tendencial en un rango de 3,0% a 3,5%.
El Informe del Banco Central fue presentado hoy ante el pleno del Senado por su presidente Mario Marcel, quien estuvo acompañado del vicepresidente Sebastián Claro, los consejeros Joaquín Vial, Pablo García y Rosanna Costa y los gerentes de división Estudios Alberto Naudon; Política Financiera, Solange Berstein; Estadísticas, Gloria Peña y Mercados Financieros, Beltrán de Ramón.
El Informe de septiembre señala que la economía ha continuado transitando, en lo grueso, por la trayectoria prevista en el IPoM de junio. Aunque las cifras de inflación y crecimiento de la actividad se ubicaron debajo de lo proyectado en junio, esas diferencias se deben principalmente a factores transitorios, por lo que ni las perspectivas para la economía en los próximos dos años, ni la orientación general de la política monetaria, difieren mayormente de lo que se había anticipado.
Agrega que la inflación convergerá al 3% en la segunda mitad de 2018, con un ajuste algo más rápido de la inflación total que la inflación subyacente (inflación sin precios de alimentos y energía), en la medida en que sus componentes más volátiles se comporten más acorde a sus patrones históricos y que se confirmen las expectativas que tiene el mercado para los precios internacionales de los combustibles y de los alimentos.
El IPoM proyecta mayores tasas de crecimiento de la economía a partir de la segunda mitad de este año. Esta estimación se apoya en un escenario externo favorable, el fin del ajuste de la inversión minera, la ausencia de desbalances económicos relevantes y una política monetaria claramente expansiva.
“Supone que la política fiscal continuará su senda de consolidación, lo que en el corto plazo se expresará en un próximo presupuesto, coherente con los compromisos del Gobierno”, añade.
Para la demanda interna prevé un desempeño algo más sólido del consumo en 2017, que compensará en parte la mayor debilidad de la inversión en construcción y las exportaciones. Estas últimas deberían experimentar una significativa mejora en 2018 de la mano de mejores condiciones externas, al tiempo que la inversión iniciará una gradual recuperación.
El crecimiento de la actividad minera en 2018 reflejará en parte la baja base de comparación derivada de las interrupciones de producción en la primera mitad del año. En el IPoM de septiembre corresponde acortar el rango de estimación de crecimiento para el año en curso en un cuarto de punto, hasta dejarlo en medio punto. Por ello, la proyección que en junio era de entre 1,0 y 1,75%, quedó en un rango de entre 1,25 y 1,75%. Para el año 2018, se mantuvo en un rango de entre 2,5 y 3,5%.
Escenario externo
En este Informe, el Banco Central estima que en lo externo se ha ido fortaleciendo un panorama más favorable. Los términos de intercambio han mejorado, con un precio del cobre que superó los 3 dólares la libra en las últimas semanas, al tiempo que han mejorado las perspectivas de crecimiento de los principales socios comerciales de Chile.
Si bien no se proyecta que los actuales niveles de precios del cobre sean persistentes, si se consideran precios promedio mayores que los estimados en junio, es decir US$ 2,75 el 2017 y 2018 y US$ 2,7 el 2019.
Escenarios de riesgo
Como es habitual, el Informe considera una serie de escenarios de riesgo que pueden alterar el escenario base y las proyecciones. Señala que en lo externo sigue preocupando la respuesta de los mercados financieros a las estrategias de política monetaria de los principales bancos centrales del mundo desarrollado. En el mundo emergente, la principal fuente de riesgos sigue siendo el desempeño de la economía china y que en América Latina, los riesgos políticos siguen siendo fuente de incertidumbre.
“Un escenario en que el precio del cobre perdure tendrá efectos positivos sobre la actividad y el gasto interno y podría llevar a una mayor fortaleza del peso, con una reducción de la 3 inflación en el corto plazo. En este escenario, las implicancias para la política monetaria no son evidentes, pues, si bien en el corto plazo reduce la inflación, el mayor dinamismo de la economía podría implicar un cierre algo más rápido de la brecha de actividad”, agrega.
En lo interno, aunque el escenario base supone que los factores que han reducido la actividad y la inflación en los últimos meses son transitorios, el escenario de riesgo considera posible que su persistencia sea distinta de lo previsto. Respecto de la actividad, añade que una fracción del menor crecimiento respondió a factores más persistentes relacionados con la inversión, lo que podría acentuarse si, por ejemplo, los indicadores de confianza retroceden.
Sin embargo, el informe dice que “no se puede descartar que la economía retome mayores tasas de crecimiento más rápido que en el escenario base”.
Respecto de la inflación, sostiene que diversos factores, incluida una mayor persistencia y difusión de shocks de precios volátiles y una apreciación del peso, pueden llevar a que la baja se intensifique o se mantenga más que lo estimado, lo que podría afectar la formación de precios a plazos más largos y las expectativas de inflación.
El Consejo considera en este IPoM que el balance de riesgos para la actividad está equilibrado, mientras que para la inflación está sesgado a la baja en el corto plazo, pero equilibrado en el mediano.
TPM
Como supuesto de trabajo, el IPoM considera un impulso monetario similar al de junio, es decir, una Tasa de Política Monetaria (TPM) que se mantendrá en torno a sus niveles actuales y comenzará a aumentar hacia su nivel neutral solo una vez que la economía empiece a cerrar su brecha de actividad.
“La política monetaria se mantendrá expansiva durante todo el horizonte de proyección”, señala.
Agrega que como los riesgos para la inflación están sesgados a la baja en el corto plazo, su materialización podría afectar la convergencia a la meta, en cuyo caso se requerirá una profundización de la expansividad de la política monetaria.
Documento sobre Crecimiento Tendencial
El IPoM de septiembre se acompaña de un documento que analiza en detalle el crecimiento tendencial de mediano plazo para Chile en el horizonte 2017-2050, con especial atención a la proyección de crecimiento del PIB en sectores distintos a recursos naturales (PIB resto) y el PIB total para los próximos años.
El documento señala que la estimación base para el crecimiento tendencial del PIB total para los próximos diez años es de 3,2%, con un rango de entre 2,8 y 3,6%. Esto se desglosa en una proyección base de 3,4% para el PIB resto y 2% para el PIB de Recursos Naturales.
Agrega que alrededor de 0,8% del crecimiento anual proyectado del PIB resto es aportado por la evolución del trabajo. Ello será impulsado por el crecimiento de la fuerza de trabajo, donde tanto la inmigración como la continuación del proceso de incorporación de la mujer al mercado de trabajo remunerado jugarán un rol compensatorio importante sobre el efecto negativo del envejecimiento de la población. También considera un aporte relevante del capital humano.
Considera además un rol relativamente importante del capital, que se expandiría a una misma velocidad que el producto resto en la medida que se recuperen las tasas históricas de inversión, contribuyendo en 1,7% de la incidencia anual.
La separata dice que el crecimiento anual de la productividad total de factores del sector resto se proyecta en torno a 0,9 por ciento, cifra que usa como referencia el promedio histórico de los últimos 20 años.
Identifica dos focos principales de mejora que podrían aumentar el crecimiento tendencial y apurar la convergencia a niveles de producto per cápita de los países desarrollados.
Uno de estos focos es el capital humano. El documento estima que pese a los importantes avances en mejorar la cobertura educacional, la calidad de la educación en Chile aún es baja comparada con la de países de altos ingresos. Lo propio ocurre con las competencias laborales de los trabajadores. Señala que medidas que tiendan a cerrar esa brecha pueden tener efectos de primer orden en el crecimiento y el bienestar, aunque el aumento del capital humano es un proceso lento y costoso, lo que hace difícil que se puedan observar efectos importantes dentro del período considerado en este trabajo.
El otro foco apunta a la productividad total de factores. El documento dice que de acuerdo a la evidencia, hay importantes ineficiencias en la asignación de recursos entre empresas. Añade que mejoras en la asignación de factores, incluida mayor dinamismo en la entrada y salida de empresas y crecimiento de las más eficientes, podrían generar ganancias en plazos más cortos que lo que sucede con el capital humano.