El caso del diputado decé y miembro de la comisión Defensa de la Cámara de Diputados, Ricardo Rincón, se ha transformado en el símbolo de que sancionado por la opinión pública y con el rótulo de “maltratador” ha sido expuesto en la plaza pública como el villano de turno y que difícilmente podrá recuperarse.

Sin duda que Carolina Goic logró un objetivo crucial para depurar la actividad política, como es no permitir a quienes tienen causas por violencia intrafamiliar postular al Congreso Nacional, pero esta visión se torna en tuerta al no referirse a quienes están involucrados en casos de corrupción.

Este sábado la ex directora de la Dibam, la decé Marta Cruz-Coke de Lagos, publica una carta que titula: “Carolina Goic ha colocado a la ética en el centro del debate público. Sus declaraciones del jueves recién pasado, reanudando su candidatura a la Presidencia de la República, directas, sencillas y claras, afirman su voluntad de liderazgo en la toma de decisiones en vistas al bien común y están respaldadas y son plenamente coherentes con su vida igualmente sencilla, clara, fiel a sus creencias. Además, a través de su acción política ha demostrado al país que la violencia contra la mujer no tiene excusas y que ha llegado la hora de marginar del poder a quienes la ejercen impunemente”.

La misiva de Marta sin duda que es compartida por todo el amplio espectro político nacional, incluyendo a los frondistas y ultraconservadores, pero lamentablemente nada se dice sobre aquellos que siguen en el parlamento y van por un nuevo período a pesar de estar en procesos por “financiamiento irregular de campañas” (Revise la nota de los involucrados en caso Penta y SQM: Listado de los involucrados en Penta y SQM…).

Si se quiere verdaderamente instalar un estándar ético en la actividad política, este es el momento para hacerlo y ser implacables con quienes están involucrados en casos de corrupción, aunque hayan sido sobreseídos porque el SII no se querelló.

De hecho la propia Goic explicó, este sábado, lo que es este estándar ético y que no toca a los políticos corruptos: “Eso es lo importante, una señal concreta de acompañar a la mujer, sobre todo aquellas que son vulneradas, aquellas personas que son más débiles y que hoy día sufren el flagelo de la violencia intrafamiliar. Eso es lo más importante en la señal que hemos dado. Pero este estándar ético no sólo es para la política. Aquí lo que decimos no es contra la política sino al contrario, lo que estamos planteando es cómo fortalecemos la buena política que hemos demostrado que es posible», aseguró pero dejando en una dimensión desconocida la corrupción.

Para Guillermo Holzmann, analista político de la Universidad de Valparaíso y conductor del programa “Las Cartas Sobre la Mesa” explica que “no cabe duda de que la principal institución democrática está en proceso de deslegitimización: los parlamentarios no tienen credibilidad ante la opinión pública, se cuestiona su representación y ahora ponen en riesgo todo lo que puedan hacer. Cuando queda en evidencia la falta de ética más allá de los elementos legales, el proceso de falta de credibilidad tiene un impacto político que se traduce en que se cuestionan las leyes aprobadas”.

En esta línea Claudio Fuentes declaró visionariamente en 2015 que “se produce una erosión progresiva del sistema democrático. En la medida que ves que el sistema político no funciona ¿por qué yo tendré que seguir normas, pagar impuestos mientras los que toman decisiones no lo hacen? Se genera deslegitimización muy generalizada. Ese es el peligro, cuando el servidor público a cargo de dineros y de las políticas públicas abusa del poder, por qué no lo voy a hacer yo”.

Así las cosas todos los candidatos presidenciales deberían pronunciarse al respecto y por cierto si hay un candidato presidencial con temas pendientes en temas de probidad por el bien de Chile debe dar un paso al costado.