A raíz de la publicación del “Informe sobre uso de Antimicrobianos por la Salmonicultura Nacional 2016” elaborado por Sernapesca, la organización de conservación marina Oceana reconoció que efectivamente hubo una disminución en el uso de antibióticos por parte de la industria, sin embargo, la cifra sigue siendo elevada. De acuerdo al informe, para producir 727 mil 812 toneladas de salmón, Chile usó 382 mil 500 kilos de antibióticos, mientras que Noruega usó 523 kilos para producir el doble de salmones, según la última información disponible del país europeo.
“A pesar de la baja en el uso, la industria salmonera sigue utilizando niveles preocupantes de antibióticos”, advirtió Liesbeth van der Meer, Directora Ejecutiva de Oceana. “Noruega parece haber encontrado la fórmula correcta para casi no usarlos en su producción. De hecho, hoy en día menos del 1% del salmón producido en ese país es tratado con antibióticos, lo cual demuestra que haciendo los esfuerzos necesarios, se puede llegar a una producción casi libre de estos”, agregó van der Meer.
El reporte de Sernapesca evidencia una baja de un 15% respecto de 2015, en el índice de consumo de antibióticos, el cual relaciona la cantidad utilizada con la biomasa producida. Asimismo, se observa una disminución de un 17,5% en la cosecha anual de salmones respecto del mismo año. Dentro de los factores que explican la caída en la producción está la Floración de Algas Nocivas (FAN) que afectó a la industria entre enero y marzo del año pasado y que generó la pérdida de 106 mil toneladas, un 12% de la producción anual. A lo anterior se suman medidas tomadas por la Subsecretaría de Pesca (Subpesca) entre las que destaca la regulación de las densidades máximas permitidas en las concesiones, según su calidad sanitaria.
“Se rompe una tendencia en el índice de consumo de antibióticos, el cual se había mantenido al alza en los últimos cinco años. Sin embargo, se hace urgente seguir trabajando en transparentar cómo funciona la salmonicultura, solo así, podremos establecer una regulación que permita evitar las crisis sanitarias, regular las densidades y elaborar medidas para el control de enfermedades”, señaló van der Meer.
La información del uso de antimicrobianos, el tipo y su cantidad, el para qué y el cómo los usan las empresas, es de suma utilidad para lograr evaluar el desempeño de la industria salmonera nacional. La resistencia bacteriana es uno de los mayores problemas de la salud pública actual de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, por lo que conocer el proceso de producción de salmones en su totalidad es de vital importancia, considerando que se destina al consumo humano.